Un golazo de falta de Dani Parejo en el minuto 81 ha dejado al Atlético de Madrid sin la victoria en el Wanda Metropolitano y frustrado por un nuevo empate en un partido que iba ganando desde la primera mitad.
Una igualada que multiplica las dudas del conjunto rojiblanco, ganador sólo de uno de sus últimos seis encuentros de la Liga, mientras acumula empates casi sin pausa, y que rearma aún más al Valencia, superado en el primer tiempo, rehecho en el segundo e invicto en las cinco citas más recientes de LaLiga Santander.
Y genera más debate con el estilo del Atlético. Porque el diseño de la plantilla dibuja en la mente de muchos otras perspectivas y muchas posibilidades, quizá, pero sobre todo porque los resultados son, ni se acercan, a todo lo que se espera. Cuatro victorias en nueve jornadas saben a muy poco. A casi nada. A decepción.
Es la exigencia histórica, interrumpida por algunos lapsus, que tiene el conjunto rojiblanco, antes, durante y después de Diego Simeone. "Ganar, ganar y volver a ganar". En esas circunstancias, no hay argumento más irrebatible para un estilo, sea cual sea, que la victoria. La derrota no la sostiene ni siquiera el mejor fútbol. Es el 'resultadismo' con el que convive invariablemente hoy el juego.
Los de Simeone dominaron la primera mitad y esto se tradujo en un gol de Diego Costa, en un penalti que provocó el delantero del Valencia, Denis Cheryshev, con una mano dentro del área. El VAR tuvo que intervenir y el colegiado revisó la acción en televisión antes de decidir.
Sin embargo, los de Celades no se rindieron y se lanzaron a asediar en la segunda mitad del encuentro, con un remate de Cherysev al larguero y finalmente el empate en el 81 con un golazo de falta directa de Dani Parejo.
