La selección portuguesa tratará de enderezar este miércoles su decepcionante trayectoria en la Eurocopa con una primera victoria que le permita acceder a los octavos de final, pero para ello tendrá que doblegar a Hungría, el sorprendente líder del Grupo F, que llega eufórico al haber superado ya sus propias expectativas en el torneo.
El combinado de Fernando Santos espera recuperar anímicamente al mejor Cristiano Ronaldo, que acabó profundamente frustrado el último partido ante Austria (0-0) por todas las ocasiones que falló pero, en especial, por el penalti que envió al palo. Portugal aguarda paciente la eclosión de su estrella, que asegura encontrarse en perfectas condiciones.
Pero sus dos actuaciones en la Eurocopa confirman por el momento que Ronaldo podría estar pagando el frenético final de temporada que vivió con el Real Madrid. Ganó la Liga de Campeones tocado físicamente y agotado por el apretado final de la Liga, que no se decidió hasta la última jornada.
Cristiano busca su mejor forma
Santos es uno de los que más confía en el despertar de la estrella de su selección y afirmó estar "absolutamente convencido" de que marcará mañana. Si hay que lanzar un penalti contra Hungría "será gol y será Cristiano quien lo marque", afirmó el técnico, haciendo la vista gorda a la implacable estadística que muestra que Ronaldo ha fallado 4 de sus últimas 5 penas máximas con la selección y su club.
El seleccionador portugués llega al partido contra Hungría un tanto desconcertado, porque desde que asumió el cargo en septiembre de 2014 su equipo había marcado en todos los partidos. A fuerza de rematar "el balón tiene que acabar entrando", asegura Santos, refiriéndose a que sus jugadores tiraron a puerta 19 veces más que Austria y 22 veces más que Islandia.
El técnico luso es muy probable que no pueda contar con André Gomes ni Raphael Guerrero, dos de sus fijos en esta competición. No se entrenaron hoy por problemas musculares. El ambiente de impaciencia por la decepcionante entrada en competición que se vive en la concentración portuguesa contrasta con el clima de felicidad que se respira en la expedición húngara.
Ser primero no significa nada
El equipo que dirige el alemán Bernd Storck vive "un sueño del que no quiere despertar", en palabras del defensa Richard Guzmics. Muy pocos creían en que a la tercera y última jornada de la fase de grupos Hungría llegara como líder y con un pie prácticamente en octavos de final.
Con un empate le bastaría para asegurarse el pase a la siguiente ronda al contar con 4 puntos, tras su victoria ante Austria (2-0) y el empate in extremis ante Islandia (1-1). En el caso de no puntuar quedaría a expensas del resto de los resultados, pero con muchas posibilidades de figurar entre los 4 mejores terceros.
Ironías del fútbol y de este nuevo formato de la Eurocopa, acabar primero en el grupo F no es sinónimo de rival fácil en la siguiente ronda, puesto que le toca el segundo del grupo E, que podría ser Italia, Bélgica o Suecia. Mientras que el que acabe segundo se las verá contra Inglaterra. El equipo que se clasifique tercero se cruzará con España, siempre que los de del Bosque acaben en cabeza de su grupo.