Para el técnico azulgrana, Carlos Ortega, ha representado lograr su primer cetro europeo como entrenador, y para el del Kielce, Talant Dujshebaev, no poder lograr el quinto tras los con Ciudad Real (3) y Kielce (2016).
El Barça tenía una cuenta pendiente con el campeón polaco, ya que en esta temporada ha sido el único equipo capaz de derrotarle dos veces (30-32 en el Palau y 29-27 en Kielce).
Era evidente que iba a ser un choque igualado, ya que se enfrentaban el segundo mejor ataque, el Barça (32,3 goles de media), y el tercero, el Kielce (32,1), y las dos mejores defensas de la competición: el Barça, con 28,4 tantos encajados de media, y el Kielce, con 29,6.
En una prolongación de lo más igualada se llegaba a los penaltis con 32-32 en el marcador. Y en la ronda de cinco penas máximas era Alex Dujshebaev el que en la tercera de su equipo no podía superar a Gonzalo Pérez de Vargas y Alí Zein y Ludovic Fábregas los que transformaban el cuarto y quinto penalti para dar el título al Barça.