La felicidad del Barcelona se tornó en luto en un minuto. La noche transcurría sin contratiempos, con un gol de Neymar que hacía buena la victoria en el Clásico y colocaba a los de Martino en lo alto de la clasificación de forma provisional, hasta que una falta en la frontal se tornó en tragedia.
Valdés agarró el balón junto al larguero y al caer su rodilla derecha se dobló. El guardameta se fue inmediatamente al suelo con gestos de dolor. La imagen recordó a la de Jesé. Cayó fulminado, consciente de la gravedad de la lesión.
El resto del partido se jugó bajo la sombra de esa lesión. Con todos y cada uno de los gestos de dolor de Valdés en la mente de todos. Poco había que celebrar en el feudo azulgrana. Pinto, relevo natural de Valdés, saltó a un campo todavía conmocionado. Messi puso el único motivo de alegría antes del descanso con un gran gol tras el enésimo pase de un celestial Iniesta.
El manchego es con permiso de Messi el jugador más en forma del equipo, una idea que se ratificó cuando el Tata decidió cambiarlo por precaución por unas ligeras molestias en la pierna. La salida del de Fuentealbilla tras el descanso dejó al Barça sin imaginación. Pero a esas alturas del choque poco había que dirimir. El Barcelona defendió su ventaja y el Celta minimizó daños apoyado en un gran Yoel.
Aún hubo tiempo para el segundo de Neymar tras un gran pase de Adriano. El lateral cruzó un pase de más de 40 metros de costado a costado. Neymar recibió y, cuando parecía que se le hacía de noche, cruzó un disparo por abajo ante Yoel. El flamante fichaje del Barcelona cobró algo de crédito tras algunas críticas por su bajo rendimiento en las últimas semanas.
El pitido final ratificó la buena racha que vive el Barcelona, solo trastocada por una inoportuna lesión de Valdés que supone un grave contratiempo para Martino. El Barça está en la lucha por la Liga pero hay que ver cómo asimila la baja de uno de sus pilares fundamentales.
