Todos los argumentos a los que se agarraba el Real Madrid en la previa para tener fe los dinamitó su rival. Abrió el marcador una canasta de Walter Tavares, algo habitualmente anecdótico que esta vez no lo fue, pues acabó siendo el único momento de la noche en el que los de Chus Mateo estuvieron por delante. A partir de ahí todo fue un drama que comenzó a escribirse con un parcial de 12-0, buen ejemplo de lo que sería el partido.
Incapaz el Real Madrid de hacer cosquillas a la férrea defensa del anfitrión, cada uno de sus ataques era como ir a la guerra desarmado. Ese panorama contrastaba con el que se veía en el otro aro, donde los puntos fluían en manos de todos, principalmente en las de Sasha Vezenkov. El internacional búlgaro, reconocido como segundo mejor jugador del torneo en la primera fase, castigaba desde todas las distancias con un intenso Nikola Milutinov como escudero.
Mientras, los visitantes peleaban por rebajar la barrera psicológica de los diez puntos antes del descanso, algo para lo que no fueron suficientes unos buenos minutos de Serge Ibaka, al que le tocó de nuevo dar un paso al frente cuando Tavares se cargó con dos personales en el ecuador del primer cuarto. Sin ideas, con muchos menos tiros y mucho menos acierto, equilibrando el rebote pero cometiendo trece pérdidas por las dos del Olympiacos, el 47-29 al paso por vestuarios tras un triple postrero de Alec Peters ilustraba a la perfección el abismo que había entre unos y otros.
La segunda parte empezó con la expulsión por doble técnica de Chus Mateo y con un triple de Vezenkov, respondido del mismo modo por Facundo Campazzo. Malos augurios que se fueron disipando gracias a la mejoría del Real Madrid, que a pesar de que seguía entregando el balón al contrario con más asiduidad de la recomendable fue poco a poco dándole mordiscos a la desventaja. Tanto que, impulsado por un eléctrico Andrés Feliz, acabó situándose a once puntos a falta de veinte segundos para la media hora gracias a un parcial de 0-7. No fue suficiente, pues ese ascenso no logró sostenerlo en el tiempo durante el cuarto decisivo, en el que entró mejor el Olympiacos gracias a la aportación de Peters. Con eso le valió para mantener a raya al bando español, que se quedó con las ganas de sortear el muro de la decena de puntos en contra, la misma por la que perdió los dos partidos de la primera fase y que refleja la distancia que, a día de hoy, parece haber entre ambos.
El Barcelona también pierde en Mónaco
Los del Principado, con Daniel Theis y Mike James (22 puntos cada uno), y Elie Okobo (19) pusieron una marcha física más en el tercer cuarto y lo llevaron a su terreno ante un equipo azulgrana con muchas dudas y muy errático. El partido fue una montaña rusa continua hasta entonces, con grandes parciales para uno y otro equipo, en un choque en el que ni Mónaco ni Barça lograban imponer su estilo. Fue el equipo de Joan Peñarroya el que dominó el juego de salida. Con una gran aportación de Yousssoupha Fall en la pintura y los puntos en el primer cuarto de Kevin Punter, los azulgrana empezaron dominando.
Se escaparon con seis puntos de diferencia (8-14) en los primeros cuatro minutos, pero la reacción llegó con Daniel Theis y los triples de Mike James para equilibrar la situación (16-18). En la parte final del primer cuarto, los azulgrana volvieron a dar otro estirón, ahora con Jan Vesely y un renacido Álex Abrines para un 21-25 al término del primer cuarto. Si el Barça parecía tener controlado el juego del perímetro del equipo de Vassilis Spanoulis y dominada la pintura, en la salida del segundo cuarto, la defensa de los monegascos fue superior y los catalanes se colapsaron en ataque. Tanto que solo anotaron dos tiros libres en los primeros seis minutos del segundo parcial, con un gran Elie Okobo (11 puntos al descanso).
Mientras un parcial 20-2 puso la máxima diferencia a favor de los monegascos, que a cinco minutos del descanso parecía que lo tenían todo hecho (41-27). Pero Fall volvió a hacerse aun más grande en la pintura y con nueve puntos y nueve rebotes en 11 minutos, ayudó a su equipo a ir recortando. También apareció una mejora defensiva, la aportación de Punter (11 puntos al descanso) y de Darío Brizuela (8 puntos por entonces) y en cinco minutos, cuando el Barça pudo correr y sentirse más a gusto practicando su baloncesto, prácticamente le devolvió el parcial al Mónaco (3-15) por lo que al descanso se llegó con todo por decidir (44-42).
Para aspirar a la victoria, Peñarroya necesitaba más elementos en la ecuación, a la espera de que aparecieran en escena más jugadores, como Parker, que solo había anotado dos puntos hasta el intermedio. Pero no fue así y en el tercer cuarto, el Barça lo echó todo por tierra con un parcial 32-17 del que ya no se recuperó. Del 44-45 tras una canasta de Brizuela se pasó al 58-47 tras un parcial 14-2. A la hora de la verdad, entre Theis y James acabaron con las opciones de los catalanes, que se fueron al tercer descanso con una ventaja insuperable (76-59). En los últimos diez minutos, el partido se enredó. Satoransky fue descalificado con una antideportiva y una técnica y el ritmo siempre fue el que impuso el equipo monesgasco que llegó a ganar por diecinueve puntos, una diferencia que prácticamente se mantuvo hasta el 97-80 final. El viernes, el Barça tendrá una nueva oportunidad para intentar arañar una victoria en Mónaco para no irse de vuelta a Barcelona con el agua al cuello.