Escribo estas líneas en un instante de asueto pues desde que he llegado al centro de operaciones de los clubes ha sido un no parar. No paras de saludar a conocidos, a amigos en su mayoría, con un nexo de unión: el baloncesto.No te voy a aburrir con la misma historia de siempre pues ya está dicho hasta la saciedad. Sí, es un acontecimiento único, quizás aquel en el que mejor ambiente en torno al deporte se respira. Una estrella de la NBA me dijo, no hace mucho tiempo, que es lo mejor que ha vivido nunca en su carrera deportiva. No le quito razón.
Respecto al hecho de que es el torneo de las sorpresas, me remito a lo comentado por Txus Vidorreta, entrenador de Asefa Estudiantes, en Onda Deportiva Madrid: “¿Qué no hay sorpresas? El año pasado ganó el Real Madrid en el Palau Sant Jordi al Barcelona. Para mí eso es una sorpresa”. Dicho lo cual, voy al grano. El no parar de la tarde del miércoles en el hotel Lakua significa hablar, principalmente de baloncesto, con todo el que se cruza por tu camino. Y la realidad es que las dos cuestiones que han marcado la mayoría de las conversaciones han sido la lesión de Pau Gasol y el claro cartel de favorito del Real Madrid. Ambas, en el fondo, relacionadas con la Copa del Rey. Ese es otro aspecto que diferencia a la Copa del Rey. Por mucho que uno quiera, acaba hablando de lo único: el baloncesto (mal pensados). Digo que la lesión de Pau Gasol está intrínsecamente relacionada con la Copa del Rey porque fue en la edición de Málaga y ante el Real Madrid donde mostró al mundo su talento y potencial. Pau padece desde hace meses fascitis plantar, dolencia que trae a mal traer a su amigo Juan Carlos Navarro, hombre clave en romper el claro favoritismo del equipo merengue.
El hecho de que Real Madrid y Barcelona, los dos grandes candidatos al título en los últimos años, se enfrenten en el primer partido de cuartos de final (jueves 7 a las 19 horas) ha conseguido inundar de optimismo al resto de participantes y, por ende, a sus aficiones. Es cierto que en las últimas ediciones los equipos acudían a la cita con menor grado de confianza en sus posibilidades por cuanto, antes o después, “vendría el coco”. Y ya sabes qué sucede después: ¡te comerá!Esta edición, la cuarta en tierras alavesas, se muestra por lo tanto más abierta y sobre todo más colorida. El regreso de aficiones como “La Demencia” madrileña, “los Pío Pío” canarios y los “caistas” maños convertirán a Vitoria en la ciudad más cosmopolita del baloncesto. Me dirás que siempre ha sido así, y no te faltaría razón, pero la esperanza que tienen en poder dar la campanada provoca que vivamos un Deja Vú.
Deja Vú o lo ya vivido. El favorito, el organizador no alza el título, no se repite campeón, el que juega en viernes su cuarto de final tiene menos probabilidades, el que a priori peor llega… aspectos estos que, sin duda alguna, dan mayor aliciente a una competición diferente por sí misma. A las 19:00 Real Madrid – Barcelona con Juan Carlos Navarro recuperado de su lesión. ¿Alguien dudaba que estuviera? Ni él mismo, quien ha pasado un calvario para llegar, en relativas buenas condiciones, a la cita más importante del año. A las 21:30 Baskonia – CAI Zaragoza con pronóstico más claro. He caído en la trampa. Como me gusta decir, pronóstico reservado.