La Real Sociedad ya había certificado su pase a octavos, pero el partido ante el Inter era especial, una oportunidad de volver a lo grande a la ronda de eliminación 20 años después y evitar a los rivales más peligrosos.
Un empate sin goles en San Siro (0-0), en el enésimo ejercicio de madurez del conjunto español, fue el regreso soñado de un equipo que ha sorprendido en Europa y que mereció finalizar en la cabeza del grupo.
"Hemos hecho una fase de grupos casi perfecta, con mucha personalidad, es para estar orgullosos de este equipo", dice Álex Remiro, el guardameta de los donostiarras". Incluso a ellos mismos les ha sorprendido su enorme desempeño: "No esperábamos hacerlo tan bien en esta fase de grupos; pero cuando pones todos los ingredientes buenos sale un buen caldo"
Y su gran temporada ha tenido otro premio, su primera llamada con la absoluta: "La llamada de la selección es un premio a lo que vengo haciendo todos estos años, mi objetivo siempre ha sido entrenar para mejorar; aunque es cierto que Kepa estaba lesionado".
