La primera fue en las elecciones de diciembre de 2015, cuando consiguió 90 escaños, el peor resultado de la historia del PSOE hasta ese momento. A pesar de eso, en marzo de 2016 se atrevió a presentarse a una investidura, y perdió.
Tres meses después, en las elecciones de junio de 2016, se quedó en 85 escaños, aún menos que en el peor resultado de seis meses antes. Ahora, dos años después, se ha lanzado a presentar una moción de censura contra Rajoy con esos escasos 85 escaños, dice que no quiere negociar con nadie, y que si gana gobernará en solitario. Arrojo no le ha faltado nunca al líder socialista. Sánchez vive la política peligrosamente. Lo saben bien sus enemigos internos en el partido, a los que venció en primarias hace un año. Ahora tiene que convencer a otros partidos. Y el tiempo apremia.