¿Te acuerdas cuando era el caso Koldo lo que parecía que ponía en aprietos al Gobierno? ¿Y de cómo el caso del novio de Ayuso desplazó la atención al caso Koldo? Pues olvídate. ¿Te acuerdas de que decíamos que después de aprobar la ley de amnistía la siguiente prueba de fuego de la legislatura serían los Presupuestos? Pues tampoco. El calendario de la política española se ha vuelto a poner patas arriba con el adelanto electoral en Cataluña. De momento Sánchez se queda con amnistía y sin Presupuestos. Y ya veremos si con la Generalitat y sin socios o sin ninguno de los dos.
Hace unos días, que parecen años, en su viaje a Chile Sánchez dijo que “habría Gobierno para rato” . Y esas palabras se han quedado ahora tan lejos como el otro hemisferio. Todo es incertidumbre. Todo depende ahora de lo que pase en Cataluña en las elecciones del 12 de mayo que acaban de convocarse por sorpresa.
Si Illa gana las elecciones catalanas y el socialista se convierte en president, el desgaste de la amnistía tendrá recompensa al menos en forma de gobierno de la Generalitat. Si no, si Illa no logra ser president, la ley de amnistía no se avalaría ni para la tierra que se fraguó. Si Puigdemont y el independentismo sube en apoyos, el desgaste de la amnistía no habrá servido de nada.
¿Se hablará en la campaña catalana de la sequía? ¿De empleo? ¿De infraestructuras? ¿Educación? ¿O de 1714? ¿Seguirían Junts y ERC siendo socios de Sánchez en Madrid después de las catalanas? En estos dos meses, difícilmente ERC ni Junts van a sentarse a negociar con el PSOE. Pero tampoco está claro que lo vayan a hacer después. El Gobierno de Sánchez se ha quedado con Puigdemont y sin Presupuestos. Pero todavía estamos a jueves y a la velocidad a la que cambia todo aún pueden cambiar más cosas.
¿Moraleja?
A saber si habrá Gobierno para rato entre tanto desbarato.