LA PRIMERA DE LA MAÑANA

Marta García Aller: "Entre los cambios de opinión y los malentendidos, la palabra ha desaparecido"

Marta García Aller reflexiona en 'Más de uno' sobre la "rectificación" de Santiago Abascal de sus palabras sobre Pedro Sánchez.

👉 Abascal matiza en Roma sus palabras sobre Sánchez: "No deseo que cuelguen de los pies a nadie" 

ondacero.es

Madrid | 18.12.2023 07:35

Abascal rectifica. Bueno, no exactamente. Dice que no dijo lo que dijo, que es la manera de rectificar que tenemos ahora que la hemeroteca ha dejado de existir, o de importar, que es más o menos lo mismo.

Cuando hace unos días estuvo en Buenos Aires apoyando a Milei, Abascal dijo que "habrá un momento dado" en que los españoles quieran colgar a Pedro Sánchez de los pies. No quedaba claro si era un vaticinio, deseo o una broma. Podía ser las tres cosas a la vez. Lo que seguro era es un dislate.

Para aclarar lo que ahora el líder de Vox considera un malentendido se ha ido a Italia, invitado a hablar en el festival ultraconservador de Giorgia Meloni, donde ha asegurado que no le desea "a nadie que le cuelguen por los pies". Qué mejor sitio para aclararlo que ante una admiradora confesa de Musolini, como es la primera ministra italiana.

Abascal podría haber dicho que se equivocó, que sus palabras fueron desafortunadas, pero prefiere negar que dijo lo que dijo, y hacerse la víctima. Dice que sus palabras fueron manipuladas. Sin embargo, hace solo una semana el líder de Vox se mostraba "encantado" con que el PSOE le denunciara por lo que dijo. Y argumentaba que era "una oportunidad para volver a repetir punto por punto esas declaraciones". Declaraciones que ahora niega haber dicho.

Cómo no va la hemeroteca a volverse irrelevante si la realidad política se contradice tanto a sí misma y tan a menudo que ya no importa si alguna vez se dijo lo contrario a lo que se dice o hace ahora.

Ejemplos sobran. Hace nada que el Gobierno decía que la amnistía era anticonstitucional y hasta anteayer el PSOE decía que no pactará con Bildu la alcaldía de Pamplona; verse con Puigdemont era un tabú y ya están buscándole fecha.

A la velocidad a la que caduca la palabra se hace cada vez más difícil seguir el rastro a tantos ejemplos por todas partes. Si la hemeroteca no importa, la mentira tampoco.

¿Moraleja?

Entre los cambios de opinión y los malentendidos, la palabra ha desaparecido.