Vi imágenes de ultras de Zaragoza insultando y provocando en Pamplona este sábado. Hablaban de matar y entonaban cánticos fascistas. Vi a los ultras del Atleti en Vallecas hacer el saludo nazi hace unos días aterrando con amenazas al resto de seguidores al salir del estadio. Han reaparecido los Boixos Nois en Barcelona pegándose en Lyon. Los del Betis se pegaron entre ellos en Rennes la semana pasada. Los Biris del Sevilla en Roma.
Tenemos un problema y no le estamos dando la importancia debida, porque estos tipos ultras se colocan como antídoto del independentismo y parece que hasta se les mira con menos antipatía y desprecio que antes. Y el independentismo es un problema que debemos resolver entre nosotros, entre todos, si es que somos capaces todos de hacerlo, y dejárselo resuelto a las futuras generaciones, pero el problema del radicalismo nazi no tiene más solución que arrancándolo de raíz, porque sus ideas las imponen con la violencia, el insulto y la agresión.
No tienen nada que ver las ideas patrióticas, que cada uno las lucimos con mayor o menor intimidad, con las ideas fascistas, porque las ideologías que se apoyan en el odio, no son ideologías, son amenazas, y posiblemente muchos de esos jóvenes que componen esas hordas o bandas ni siquiera conocen ni entienden el alcance de lo que cantan o chillan. Lo hacen por puro esnobismo, y como contraataque a lo que ellos consideran la defensa contra el independentismo, y los muy ignorantes no saben que no queremos que nos defiendan ellos contra nadie, queremos que nos defienda la policía y las fuerzas de seguridad de ellos. Porque ellos sí son una amenaza contra la libertad, y nuestra libertad de ir al fútbol y el derecho a hacerlo en paz.