La misma afición que creyó tocar el cielo el pasado miércoles hoy empieza a dudar si el equipo será capaz de cumplir con lo prometido. Así cambia el fútbol en cuatro días. Los que reían andan cabizbajos y los cabizbajos vuelven a sonreír. Tenían razón los que anunciaban un cambio del tiempo en España a partir del domingo. A primera hora de la tarde perdió el Barcelona y a última hora de la noche ganó el Real Madrid.
A pesar de la victoria, el Bernabéu tardó en tenerlo claro. El Betis se adelantó con un error de Keylor que recuerda al de Arconada en la Europa 84. Antes, Mateu quizá debió expulsar al portero por arrollar fuera del área a un atacante del Betis. La sombra de David de Gea, que siempre ha rondado a Keylor, cada vez es más alargada.
Todo hacía pensar que el tropiezo del Barça le pondría muy fácil el liderato al Real Madrid, pero ya nadie regala nada. Los de arriba acusan el cansancio de tantos frentes abiertos y los de abajo juegan estimulados por el instinto de supervivencia. Los que perdieron no estarán de acuerdo conmigo, pero está bonita esta Liga. Y comienza la semana que desemboca en el bombo de la Champions, el viernes, para cuartos, y puede haber cuatro equipos españoles, la mitad, si el Sevilla es capaz de aguantar el martes en Lester, porque el Atleti lo tiene mucho más fácil el miércoles con el Leverkusen. Os resultará entretenida, aunque empeore el tiempo.