El fútbol aún mantiene esa querencia, aunque el precio formativo es el mismo para hombres y mujeres, María ha realizado los mismos cursos de formación, las mismas prácticas, pero muchas más dificultades para lograr una primera oportunidad. Después los resultados van ofreciendo más, si son buenos. Y los de María lo fueron, porque cogió a las chicas del Betis en Segunda y las subió hace dos años a Primera y este año las tiene en el quinto puesto con muchas opciones de jugar la Copa de la Reina, y pasado mañana, María y sus chicas del Betis van a cumplir el sueño de jugar por primera vez en la historia del Betis un partido en el Benito Villamarín.
En ese sueño que van a cumplir ellas se reflejan muchas Marías, que también soñaron y continúan soñando verse algún día pisando un césped de Primera División, algo que parece ser suelo prohibido para las mujeres en nuestro fútbol, es como si hubiese una especie de tabú histórico que lo impidiese. Me alegro que el Betis rompa ese tabú y que el fútbol femenino pise esos escenarios históricos para poder también un día tener la oportunidad de hacer historia. El fútbol, históricamente, fue masculino porque una inercia histórica nos empujaba a los niños al balón y a las niñas a las muñecas, y eso ahora suena a caricatura de catetos. El fútbol es una opción de deporte también para las mujeres, y hay algunas que son muy buenas y que están recorriendo el mundo buscando las oportunidades que aquí no tienen, por eso cuando he visto anunciado el partido de las chicas del Betis el sábado en el Villamarín, no he podido por menos de pensar en su entrenadora y decir Dios te salve María, bendita tu eres entre las pocas mujeres que les dan la oportunidad de ser entrenadoras de fútbol