Hola buenos días. Termina esta noche el primer ciclo de dos partidos de la selección española en ese torneo que la UEFA ha bautizado como La Liga de las Naciones, que jugarán la fase final del 5 al 9 de junio, los cuatro campeones de los cuatro grupos de la primera categoría donde está España, que esta noche juega contra Croacia, finalista del Mundial que ganó Francia, y una selección fuerte y con la autoestima y la confianza que le dejó ser subcampeona del mundo.
Me pareció honesta y sincera la rueda de prensa de Luis Enrique cuando anoche le preguntaron, una vez más, quien merece el premio al mejor jugador del mundo. El mejor, dijo, es Leo Messi, otra cosa son los premios y los porqués justificados con un Mundial. Y ahí pueden estar Modric o Rakitic. Pero el mejor es Leo Messi. Qué iba a decir después de repetirlo tantas veces unos años atrás.
El fútbol tiene constantes escaparates que se mueven con los resultados y nos provocan algunos espejismos, pero Messi siempre es real. Después hay una corte de muy buenos jugadores, porque el tiempo va perfeccionando todo y cada vez son mejores, porque mejora la técnica, la alimentación, la enseñanza, las instalaciones, pero los genios salen sin justificación premeditada, y Messi es uno de los que ha producido la historia.
Hay un forofismo natural que puede ponerlo en duda en algunos foros, pero si a todos los presidentes del mundo, les dejaran elegir un jugador para su equipo, la gran mayoría eligiría a Messi, que por cierto, no va a jugar con la selección argentina hasta el próximo año, cuando el Tata Martino vuelva a ser seleccionador argentino, que fue la noticia que nos adelantó anoche Carlos Ares desde Buenos Aires en El Transistor.