EN LA BRÚJULA

El monólogo de las ocho: "Que Sánchez le de órdenes a Francina Armengol desde el escaño es francamente humillante"

El monólogo de Rafa Latorre en el que reflexiona sobre el reconocimiento de España del Estado palestino.

Rafa Latorre

Madrid | 22.05.2024 20:25

No hace falta ser Clausewitz o Sun Tzu o el Cardenal Mazarino para saber que los conflictos aunque sean diplomáticos hay que afrontarlos de uno en uno. Israel ha llamado a consultas a su embajadora en España y ha convocado a la embajadora española en Tel Aviv para darle un apercibimiento.

De manera que el reconocimiento del Estado palestino no cambiará en nada la vida de los palestinos, pero puede que si que tenga consecuencias para España.

Irlanda y Noruega lo anunciaron primero, con lo que era evidente que Sánchez reservaba la primicia para el pleno omnibus que había convocado para hablar de todo. Desde Gaza a Buenos Aires y entre medias la cátedra de Begoña Gómez y sus relaciones temeraria… ahí colocada entre dos buenas crisis diplomáticas para no tener que detenerse demasiado.

Israel ha protestado por la triada que hoy ha anunciado que reconocerán al Estado Palestino y ha publicado un vídeo desgarrador sobre unas chicas jóvenes que están secuestradas por Hamás desde el 7 de octubre y que están sufriendo todo tipo de abusos. Las familias de estas chicas jovencitas secuestradas por Hamas de la base de Najal Oz decidieron permitir hoy la publicación del video que los propios terroristas filmaron el 7 de octubre.

También Estados Unidos ha lamentado la decisión. No porque no crea en la solución de los dos Estados como la única viable sino porque esa solución ha de llegar condicionada a un acuerdo y porque el momento elegido por Noruega, Irlanda y España es el peor posible: porque le concede una victoria inapelable a Hamás, que lo ha agradecido diligentemente con un ardoroso comunicado.

Hay que recordar que todo esto comenzó con la peor masacre terrorista cometida contra civiles indefensos que ha sufrido Israel en toda su historia. Hamas sabía que desencadenaría una guerra como no había conocido Gaza. Y si uno de los saldo de esa guerra es el reconocimiento diplomático, es una victoria de Hamas.

Luego está la cuestión operativa, digamos. A qué Estado se refieren, porque que se hayan dado por aludidos tanto Hamás como la Autoridad Nacional Palestina, que ambos enviaran sendos comunicados, indica que hay dos estados y uno de ellos esta en manos de la vanguardia terrorista de Irán. Por eso la solución de los dos estados solo puede llegar con el reconocimiento de Israel por parte de los enemigos que la rodean, el establecimiento de unos límites y la garantía de seguridad recíproca. Nada que Pedro Sánchez vaya a conseguir unilateralmente.

Sin embargo, sí ha conseguido algo. El ministro de Exteriores israelí Israel Katz ha añadido algo referente a España en su reacción al reconocimiento de la triada. Dice: «Si España sigue adelante con su intención de reconocer una Estado Palestino, se adoptará una medida similar contra ella». No es fácil descifrar a que se refiere. Pero de Ceuta a Fuenterrabía, España tiene algunos flancos problemáticos que se prestan al castigo diplomático.

Hoy también se ha expresado el primer ministro Benjamin Netanyahu en un vídeo difundido en sus redes sociales.

Hoy en el Congreso Pedro Sánchez ha invitado al Partido Popular a apoyarle en su reconocimiento de Palestina. Lo que es ciertamente sarcástico porque no se lo consulta al parlamento. Le estará pidiendo un apoyo moral. El PP ya incorporó a su política el reconocimiento del Estado de Palestino pero no desde luego en un momento como este sino como una acción diplomática efectiva y coordinada con la comunidad internacional.

Los socios habituales del Gobierno están contentos pero no entusiasmados, ni siquiera satisfechos. Bueno, hay una ministra que es Sira Rego, para la que todo lo que no vaya del Jordán al Mediterráneo le parecerá poco Estado Palestino. O sea que cualquier cosa que no sea la desaparición de Israel le parece una bagatela. Pero en cuanto al resto de los socios… piden más a su gobierno

El resto del pleno fue incandescente pero como se pueden imaginar, los conflictos con Israel y Argentina han desplazado el interés sobre las actividades de Begoña Gómez. A la oposición no le parece que con esto haya habido suficiente y el PP ya ha anunciado que sentará a Pedro Sánchez en la Comisión de Investigación del Senado.

Lo cierto es que lo único que ha explicado Sánchez es que todo responde a la incansable máquina del fango, que está manufacturando infundios sobre su mujer. No es verdad. Puede que no sea delito, pero las cartas de apoyo a Carlos Barrabés existen y están firmadas por Begoña Gómez. Que por cierto si es cuestión de Estado que reciba insultos de un mandatario extranjero, también lo es cuando firma cartas de recomendación a favor de una empresa que se presenta a una licitación pública. Esto se lo recordó Alberto Núñez Feijóo al portavoz socialista Patxi López, que no está en su mejor momento de forma

El juez ha decidido que va a continuar investigando el caso por mucho que la Fiscalía se erija en defensa de la mujer del presidente o que Interior filtre a los periódicos oportunísimos informes de la UCO. Ha acordado una nueva ronda de testificales centradas en las cartas de recomendación de la mujer del presidente a una UTE que lideraba su patrocinador Carlos Barrabés y que se llevó una adjudicación millonaria de Red.es.

El propio Carlos Barrabés prestará declaración como testigo a solo unos días de las elecciones europeas.

Este pleno tan intenso deja una evidencia más del nefasto papel de Francina Armengol como presidenta de parte del Congreso. Primero, basta ver la minuciosa selección de los insultos y acusaciones que merecen quedarse en las actas del Congreso y las que merecen ser borradas.

Esto es algo peor que una estupidez porque evidentemente tiene que quedar constancia de las afirmaciones que hacen los diputados en la cámara. Si son graves, con más razón. Pero es que además vulnera el derecho de los diputados a expresarse con libertad. Porque Armengol no es el árbitro de la conversación pública. Lo que debe es velar por el cumplimiento del reglamento en la cámara. Lo otro es un abuso de sus competencias.

Y ahora el momento más embarazoso…

Es que se ve perfectamente cómo Sánchez desde su escaño le dice a la presidenta del Congreso «que vaya acabando». Le da órdenes desde el escaño. Que es francamente humillante. No es la primera presidenta del Congreso sometida al dictado del presidente del Gobierno… pero, hombre… un poco de decoro en las maneras… porque este rapto de autoridad queda muy humillante.