Nadie dijo que fueran a ser fáciles las negociaciones para un Brexit pacífico. Con Boris Johnson de primer ministro británico, con la UE que no pasa por sus mejores momentos de gloria y con los coletazos de la segunda ola del Covid a la espera de los efectos de las vacunas, la cosa es aún más complicada. Varias son las cuestiones que quitan el sueño a Bruselas Primero la gobernanza de la relación futura entre ambas orillas del Canal. Segundo la competencia. Europa no quiere que Londres, a tiro de piedra de la Unión, aproveche el poder de la City para aprobar políticas ventajistas en medio ambiente, mercado laboral, impuestos o ayudas públicas. En tercer lugar está la pesca. Parece algo menor pero la mar siempre ha dado guerra.
Francia está dispuesta a vetar cualquier acuerdo que no satisfaga a sus pescadores o a Macron. Y muchos quieren pescar en el mar revuelto. Recordemos que Islandia no entró en la Unión Europea por la regulación de la pesca, Groenlandia se fue por lo mismo y los noruegos contrarios a la entrada pusieron al bacalao y al salmón como excusa, aunque en realidad no eran los arenques, sino el poder y riqueza de sus pozos petrolíferos lo que dio al traste con el ingreso de Noruega en la Unión Europea.
Aquí, allí y en todas partes Inglaterra siempre recuerda lo que dijo Palmerston, que nunca tendrán amigos o enemigos permanentes, solo intereses eternos. La libra cae más del uno por ciento y las bolsas europeas se tiñen de rojo. Con todo la Unión tiene tiempo para mirar hacia España. Le recuerda que las reformas claves de la economía española están sin terminar ahora que se acerca el reparto de los Fondos Europeos. Y estas son las de siempre: evitar fragmentar el mercado interior, reformar el sistema de pensiones y reformar el mercado laboral para que sea más eficiente. Para que España deje de liderar la tasa de paro general, más del 16% y la juvenil, con más del 40 de los jóvenes sin empleo
A la vez, los sindicatos lanzan la campaña para que el Salario Mínimo Interprofesional alcance los mil euros mensuales el año que viene, con vacuna o sin vacuna, cuando la OCDE advierte de que la pandemia empeora la sostenibilidad del sistema de pensiones español. Con todo esto y alguna cosa más, cuando la tinta definitiva de los Presupuestos aún no ha llegado al BOE, ya se preparan los dos bandos del Gobierno para nuevos enfrentamientos.