Hoy en grandes descubrimientos, Pablo Iglesias descubre el Ibex como cuando un niño de pronto se descubre una mano. Ana María Botín no mete bebés en el horno. El Ibex no era tan malo. También descubrió que el ejército no era tan malo. Es de sabios rectificar, reconocer que uno se ha equivocado, pero si pasa mucho, parece que uno está equivocado en todo.
Ahora ha dicho que desea una clase empresarial con más apellidos vascos y catalanes, no de Albacete, de Soria o de Cádiz, no. ¿Querrá decir más elite empresarial de las zonas más ricas? Igual Goirigolzarri, Echeverría, Vizcaíno, Juantegui, Goikoetxea... le parecen poco vascos.
O es que con más apellidos vascos y catalanes, Iglesias se refiere a más apellidos independentistas vascos y catalanes. Y así en lugar de terminar con las elites, se sustituyen esas elites por otras más adeptas, empresarios con ocho apellidos de Galapagar.