Hoy los peores datos del paro de la historia los ha dado la ministra Meiga como si hablara de la importancia de comer fibra. No le arriendo la ganancia. Quizás el gobierno debería encontrar un tono entre Iglesias, que se aparece como un sepulturero y Yolanda Díaz, que habla del hambre que viene como cuando la monitora del gimnasio te anima a mantener la espalda recta.
Hoy ha explicado lo de los ERTE y ha dicho con una sonrisa que de tanto explicarse, “a partir de hoy, los niños y las niñas iban a saber lo que es un ERTE”... Vaya si lo van a saber.
No me cambio por ella, eh, y, chico, el peor día de toda tu vida lo tiene cualquiera. Constantin, por ejemplo, un rumano que trabajaba en la construcción, pero me cuenta se ha quedado en la calle con el “apocalipse coronaviruse”. Dormía en Barajas hasta esta noche, pero esta mañana se ha dado cuenta le han robado todo hasta la ropa.
Hoy ha echado a andar dese el aeropuerto y, en el momento en el que yo sacaba a los perros, entraba por la rotonda, como un cristo sin zapatos. Oh Contastin, náufrago de mi Españita descalza. Me recuerda que mañana los periódicos imprimirán los números de los que van a quedar sin nada. ¿Y los que ya no tenían nada?