Si hay un hombre que haya marcado la evolución de las relaciones internacionales en las últimas décadas ese ha sido el norteamericano de origen judeo-alemán Henry Kissinger. Secretario de Estado con dos Presidentes, Nixon y Ford, está considerado como la figura más relevante de la política exterior de EEUU.
El pasado 27 de mayo Kissinger cumplió 100 años, acontecimiento que sirvió para refrescar la biografía de un personaje que, a día de hoy, con notable lucidez a pesar de los años, sigue asesorando a gobiernos del mundo entero. Su trayectoria política está llena de claroscuros hasta el punto de lograr el Premio Nobel de la PAZ en 1973 (por la tregua en Vietnam que luego se rompió) y al mismo tiempo ser señalado como uno de los políticos norteamericanos que impulsó golpes de estado como el de Pinochet y violaciones a los derechos humanos en diferentes puntos del planeta.
Entre los hitos que se destacan en su biografía está la llamada “política de distensión”, una nueva visión de la política exterior en la que el uso de la fuerza era el último recurso. Los ejemplos más significativos son China y Rusia, y el acercamiento que Kissinger propició con ambos países. Quedó para la historia la visita de Nixon en 1972 a Pekín para entrevistarse con Mao.
50 años después de aquellos días de la Guerra Fría Henry Kissinger seguía defendiendo el acercamiento de EEUU a China y Rusia. Lo hacía el año pasado a cuenta de la guerra en Ucrania.
Nuestro experto en relaciones internacionales, Pedro Rodríguez, nos ayuda a entender la influencia de Kissinger y explica que a día de hoy para bien y para mal sigue siendo una referencia. Comenta Rodríguez que durante toda su trayectoria su mayor obsesión fue el equilibrio, quería reconstruir el balance a nivel internacional. Tras su visita a España en diciembre de 1977, se creó una "leyenda negra" sobre él, porque al día siguiente de reunirse con Carrero Blanco, fue asesinado.
