OPINIÓN EN LA BRÚJULA

La carta de Ónega a Landelino Lavilla: "Fue uno de los grandes magos de la Transición"

¡Cuánto me gustaría darle las buenas noches a Landelino Lavilla! ¡Cuánto me gustaría romper el aislamiento para encontrarme con él y hablar otra vez de aquellos tiempos! Pero ya no es posible, Landelino.

ondacero.es

Madrid |

Nos estamos quedando sin testigos ni memoria. Acaba de irse Enrique Múgica, otro pedazo de historia. Y hoy, su noticia. La última vez que nos vimos fue en un avión. Fuimos compañeros de viaje, viniendo de Galicia.

Y lo encontré muy bien. Fresco de recuerdos, quizá porque acababa de publicar “Una historia para compartir”, su libro de memorias. Intacta su capacidad de análisis. Y a su lado, mi complejo de miedo a mantener una conversación con usted, porque usted era la sabiduría jurídica. Otra vez le vi en el Consejo de Estado. Fui a buscar su testimonio sobre la transición.

Porque usted, Landelino, fue uno de los grandes magos de la transición. Fue, con Herrero de Miñón, el que dio forma a la Ley para la Reforma Política. Fue tan meticuloso, que le cambió el nombre y donde decía “Ley de la reforma política”, usted puso “Ley para la reforma política”, porque abría un proceso, era una norma finalista.

Fue quien le dio a Suárez armazón jurídica y trucos para legalizar al Partido Comunista. Fue el que hizo las normas para las amnistías. Fue el que redactó la legislación electoral que sigue vigente. Fue como el abogado de la creación de la democracia.

Y después, en la presidencia del Congreso de los Diputados, toreó las debilidades de Suárez, una moción de censura y estaba allí, en la presidencia, cuando entró Tejero dando tiros. Las elecciones del 82 le echaron de la lucha política, porque este país pensaba en Felipe González ydecidió despedir a la UCD. Esa fue su vida y algunos de sus servicios. Hoy, ante la noticia de su muerte, creo elemental darle las gracias.

Tenemos democracia por gentes como usted, señor Lavilla; por gentes que como usted practicaron el diálogo; por gentes que como usted abrieron la legalidad a las personas y partidos que hicieron posible la otra cara de la libertad; por gentes que, como usted, entraron en el gobierno de Suárez como unos aprendices –penenes los llamaban—y terminaron siendo los héroes de esta nación.