LA BRÚJULA

La carta de Ónega a Pablo Casado: "El conflicto entre el corazón y la razón"

Y buenas noches a don Pablo Casado Blanco. Si le digo, señor presidente del Partido Popular y aspirante a la presidencia del gobierno, que no hay un ciudadano español que sufra un conflicto como el suyo entre el corazón y la razón, creo que no me equivoco.

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Ya sé que cuanto se investiga y se publica no es de su mandato. Es posible que ni siquiera haya conocido personalmente a Bárcenas de tesorero del partido. Si hubiese mantenido un contacto con Villarejo, se sabría, porque Villarejolo habría grabado.

Pero la política es la política y miles de ojos se fijan en usted. El corazón le aconseja, señor Casado, que sea prudente, que se está jugando el honor de su partido. El corazón añade que si usted se pone a exigir responsabilidades por los chanchullos, abusos y presuntos delitos de la Operación Kitchen, está siendo cruel con quienes le dieron cobijo en el PP.

Incluso le lanzan mensajes de que podría provocar una escisión, porque no solo hay lealtades personales e ideológicas en juego, sino intereses y son intereses de poder. Pero la razón también habla y la razón, pragmática y fría, le está diciendo: los hechos que investiga García Castellón son muy graves, Pablo.

Si es complaciente con lo ocurrido, quedará como un cómplice. Al menos, como un consentidor. Si tiene miedo a romper la unidad del partido, quedará como un presidente débil y sin autoridad. Ese es su dilema, señor Casado.

Es bonito esto de la política, que te permite soñar con resolver los problemas de tu país y de tu gente y te presta la evanescente erótica del poder. Pero también es cruel. La leyenda dice que, para llegar, debes dejar muchos cadáveres en el camino y a veces algunos de esos cadáveres siguen hablando, como el de Cayetana.

Pero, para mantenerte, tienes que seguir siendo un killer y, encima, con una sonrisa en la cara. Y esa es su opción en este momento: o débilmente consentidor o fríamente pragmático. Dramática decisión. O ayuda a salvarse a quienes no tienen salvación o se condena usted a sí mismo.

Le escuché decir “no voy a pasar ni una”, lo cual significa que se rinde a la razón. Veremos si lo mantiene hasta el final. Pero el instinto dice que quizá sea la única forma de salvarse: usted y el Partido Popular.