Madrid |
¿Y qué mejor servicio público a esta hora, aunque sea un poco tarde, que recordaros que faltan minutos para que sea San Valentín? No sea que quede por ahí un despistado que no caiga y mañana tenga que escuchar, dicho con todo mal café, aquello que los casados o los novios de larga duración ya habréis oído alguna vez “gracias por acordarte de qué día es hoy, cariño”.
Así que esta carta va para vosotros, los enamorados. Perdón, cariño, para nosotros. No tiene otra pretensión que ser una especie de tablón de anuncios y recordatorio: no sea que estéis dándole vueltas a lo que hablaban Rajoy y Casado por la calle.
No sea que estéis con las teorías conspiratorias de la cancelación del Congreso del Móvil. No sea que estéis haciendo las cuentas de la renta mínima que anuncia Pablo Iglesias. Y no sea que, como es viernes, penséis que los anuncios que habéis visto y oído durante todo el día se refieren a otra fecha del calendario, porque el santo de mañana también es San Viernes, otro santo de gran devoción.
Fijaos si será una fecha señalada para el querer, que Pedro Sánchez llamó a Pablo Casado: “no podemos quedar mañana, que he quedado con Begoña, pero ¿qué te parece si nos vemos el lunes?” Fijaos si será fecha señalada para el amor, que el presidente del PP se dejó retratar por la calle con el mentado Rajoy.
Fijaos si hay ambiente amoroso que Pablo Iglesias se separó de Teresa Rodríguez con un abrazo. Íñigo Errejón debió escoger esta fecha para irse de Podemos, y se equivocó.
Todo es por unas horas una historia de amor, como le dijo Junqueras a Évole. Mucho amor en el ambiente. Ya sé que es tarde para comprar el regalito. Pero estáis y estamos a tiempo de inventar una buena disculpa. Y estáis y estamos a tiempo de cambiar el regalito por un beso, antes de que nos obliguen a acostarnos con mascarilla.