La carta de Ónega: "Con Otegi, el superfrankenstein"
Fernando Ónega dedica su carta a Arnaldo Otegi, al que "he escrito poco porque no me ha dado la gana escribirle más".
Arnaldo Otegi. Ande, que no me ha dado usted motivos para escribirle durante años; quizá durante decenas de años. Y solo una vez lo hice, señor Otegi, por una sencilla, pero suprema razón: porque no me dio la gana. Si hoy lo hago es para dejar constancia de que este 11 de noviembre, y según palabras de su mentor don Pablo Iglesias Turrión, usted y su partido se han incorporado a la dirección del Estado español. Escuché también su promesa del sí a los Presupuestos de ese mismo Estado, y me pareció sublime el entusiasmo que puso en su compromiso.
¡Qué diferencia entre sus palabras y todos sus hechos anteriores en contra de la unidad de ese Estado! ¡Y qué emoción histórica ver que Pedro Sánchez agrupa en su entorno a usted y a Monterrat Bassa, de Esquerra, la del “me importa un comino la gobernabilidad de España”! Ahí están, juntos, en la tarea de dirección del Estado, dice don Pablo.
Para el líder de Podemos esto tiene que ser como la conquista de los cielos que tanto prometió a los suyos. El primer peldaño fue su llegada a la vicepresidencia, pero solo del gobierno, poca cosa: se le debe haber quedado pequeña, porque ya habla de dirigir el Estado. Con su alianza, Otegi. Con usted de compañero predilecto.
De alguna forma hoy fue el día en que Arnaldo Otegi coronó a Iglesias como líder de toda la izquierda del PSOE, incluido el separatismo, incluido el republicanismo, incluido el antiguo terrorismo. El superfrankenstein. Fue el día en que su alianza seguramente obligó a Sánchez a elegirlos a ustedes y dejar colgada a Inés Arrimadas, porque ustedes son la octava maravilla del mundo:
el bloque de investidura ampliado, denominación de origen de carácter casi sagrado en La Moncloa. Ya está tardando el presidente en recibirle en palacio, o al menos en Ferraz, para celebrar el acontecimiento. Ya está producido el milagro: el gobierno de la monarquía parlamentaria, solemnemente respaldado por todos los que se quieren cargar la monarquía parlamentaria. El gobierno de España, con su continuidad garantizada por quienes quieren romper con España. Este esperpento, señor Otegi, no tengo habilidad para contarlo. Que venga, que vuelva, don Ramón del Valle- Inclán.