en la brújula

La carta de Ónega a Isabel Preysler: " Enamoró a todo el que tropezó con su mirada"

La Carta de Fernando Ónega en la Brújula, hoy dedicada a Isabel Preysler para felicitarle su 70 cumpleaños.

ondacero.es

Madrid | 18.02.2021 23:27

Buenas noches a doña Isabel Preysler. De profesión, reina. Reina de Corazones, le llamó Francisco Umbral, y así quedó para la historia. ¡Ay, Isabel! Yo tengo una foto con usted, con usted y su nuera, Anna Kournikova, no creo que se acuerde, y la luzco como si fuese el Toisón de Oro.

Cuando antes de la pandemia alguna gente venía a casa, yo la ponía descuidadamente visible, y las visitas me apreciaban un poco más: “Andá, decían con sincero asombro, si conoces a la Preysler”. Y yo buscaba la frase en el baúl de la modestia y siempre me salía la misma: “bueno, nos hemos visto en algunos eventos de Porcelanosa y poco más”. ¿Y cómo es ella?, me preguntaban, y ya teníamos roto el hielo para el primer plato de la cena. Y ahí termina mi relación con usted, Isabel. Pero la foto la tengo.

Hoy la rescaté porque supe que era su cumpleaños. Su setenta cumpleaños, señora. Estoy seguro que el gran debate nacional esta noche no es el artefacto ese enviado a Marte, ni las trifulcas del gobierno, ni la encuesta del CIS. El gran debate nacional es si Isabel Preysler está mejor hoy que cuando se casó con Julio Iglesias en el siglo pasado. Y créame que hay división de opiniones. Usted es de las mujeres que van mejorando con los años, porque ganan en prestancia y han encontrado la fórmula mágica, quizá médica, de no envejecer. ¡Qué historia la suya, Isabel! ¡Qué digo! Lo suyo no es una historia. Lo suyo es una leyenda.

Ocupó más portadas de revistas que todas las demás famosas de España juntas. Hizo de la destreza de posar ante las cámaras una de las bellas artes. Supo lucir en el papel cuché sin exhibición de ninguna de sus partes, con un recato que se diría casi religioso, quizá como corresponde a una dama que de joven quiso ser misionera. Y enamoró a todo el que tropezó con su mirada. Del mundo de las finanzas o del arte. De la cumbre de la música o la cumbre de las letras. Como diría la canción, será por sus ojos, no sé; será por su porte, no sé; será por su sonrisa, no lo sé. Será, qué diablos, porque es Isabel Preysler. La historia de la beautifull del último medio siglo de España. Feliz cumpleaños, señora. Y a por los 80, en la seguridad de que la seguiremos viendo exactamente igual.