El tercer encierro de San Fermín deja 14 heridos, dos de ellos, por asta

Un toro que se ha dado la vuelta unos segundos después de salir de los corrales con la manada ha creado momentos de gran tensión y ha alcanzado a varios mozos en el tercer encierro de los Sanfermines, que ha durado cuatro minutos.

Dos corredores han sido finalmente heridos por asta de toro, de pronóstico reservado y menos grave, respectivamente, en el transcurso del tercer encierro de los Sanfermines, tras el que un total de 14 personas han sido trasladadas al Complejo Hospitalario de Navarra.

Según han informado en el centro, uno de los heridos por asta de toro, en el tórax, es el japonés W.C.O. de 33 años, cogido en el tramo de Santo Domingo y cuyo pronostico es reservado. El segundo corneado es I.C.D., de 24 años y vecino de Zizur (Navarra), quien presenta herida por asta de toro en el brazo derecho de carácter menos grave, sufrida en el tramo de Estafeta.

Además, con un varetazo propinado por el asta de un toro en su pierna izquierda, ha llegado hasta el Complejo Hospitalario de Navarra (DHN) el japonés de 36 años J.T.O., quien se encuentra menos grave. Con pronóstico reservado ha sido ingresado R.N.V., de 37 años y de Barcelona, quien presentaba un traumatismo toracoabdominal.

El resto de los trasladados, todos con pronóstico leve, son el italiano de 34 años A.M.I., con traumatismo craneofacial; C.S.A. de Ansoiáin (Navarra) de 20 años, con traumatismo en el codo; M.G.S., de 23 años de Barcelona, con traumatismo craneal; y el madrileño de 29 años S.G.A., con traumatismo craneal y contusión en el tobillo.

También leves están A.T.S., de 62 años de Viana (Navarra) con traumatismo craneal; P.B.R., valenciano de 36 años, con traumatismo craneal y lumbar; el francés de 20 años C.G.O., con traumatismo facial y en el tobillo; el francés de 24 años N.G.O., con traumatismo craneal; el boliviano de 34 años L.T.C. con traumatismo craneofacial, y el vecino de Sarriguren (Navarra) de 21 años D.B.V., con un traumatismo en el codo y la mano.

El toro, de la ganadería de José Escolar Gil, era el penúltimo de la manada al salir de los corrales y, justo en el momento de tomar contacto con los mozos en la Cuesta de Santo Domingo, se ha dado la vuelta y ha regresado sobre sus pasos. Cuando la manada había llegado a la plaza, este astado todavía permanecía en la cuesta, embistiendo a varios mozos e hiriendo al menos a uno.