El descenso hace que la tasa de donaciones sea de 36 donantes por mil habitantes, cuando el número ideal sería de 40, lo que obliga a importar cada año 300.000 litros de plasma.
La Federación Española de Donantes de Sangre atribuye esa disminución a la caída de la población, al ritmo de vida y al cambio de prioridades provocado por la crisis.
Por eso la Federación insiste en la necesidad de campañas de información y en estar "permanentemente insistiendo ante los donantes habituales y ante los más esporádicos para que se fidelicen".
Cada día se realizan en España 6.200 trasfusiones de sangre. Por Comunidades Autónomas, Extremadura y Castilla y León son las que tienen mayor índice de donación, mientras que Melilla, Canarias y Andalucía, las que menos.