Dos hombres están bajo la lupa de los investigadores del caso de la desaparición de Diana Quer. La Guardia Civil lleva semanas siguiendo de cerca los pasos de dos sospechosos residentes en la comarca de Barbanza, la zona norte de la Ría de Arousa donde se encuentra Taragoña.
Se rastrea cada uno de sus movimientos gracias a la intervención de los teléfonos móviles, y se estaría recabando más información de otros dispositivos intervenidos en la zona.
Los agentes estiman que uno de los dos sospechosos podría haber servido de apoyo al otro, al principal autor material de la desaparición de la joven.
Una tarea en la que la UCO cuenta con la colaboración del Grupo de Refuerzo Operativo de la Benemérita dotado de los últimos avances informáticos para los casos más complicados. El objetivo es doble. Por un lado localizar a Diana. Por otro, recabar pruebas inequívocas, y no indicios, que señalen a los culpables de su desaparición sin género de dudas para que no escapen a la acción de la justicia.
El círculo investigador es cada minuto un poco más reducido y se espera que la información que pueda arrojar el análisis científico del teléfono de la joven sea definitivo para saber qué ocurrió el 22 de agosto.