Los hechos ocurrieron este lunes, sobre las 16.30 horas, y los agentes acudieron al domicilio tras recibir varias llamadas de vecinos que alertaban de una fuerte discusión.
El detenido, de 29 años y de nacionalidad marroquí, reconoció a los policías la discusión, si bien les negó la entrada a la vivienda con gran resistencia, por lo que finalmente tuvo que ser esposado tras un forcejeo.
El arrestado, bastante agitado, decía a los policías que su mujer se había ido de casa, aunque una vecina aseguraba que permanecía dentro de la vivienda y que había escuchado una riña muy fuerte. El hijo del matrimonio fue el que relató a los agentes que su padre había pegado a su madre y que ésta se había desmayado, tras lo que el agresor le echó agua por la cabeza para despertarla.
Cuando los policías consiguieron acceder a la vivienda se encontraron todo muy desordenado y a otra persona que, según explicó, vive en una habitación que les alquila el matrimonio y que efectivamente escuchó gritos, pero se negó a dar más detalles.
Finalmente los agentes hallaron a la mujer, de nacionalidad española, escondida y tapada con varias mantas en un armario despensero que se encontraba con la puerta cerrada por fuera, presentando múltiples erosiones y contusiones, así como
enrojecimientos muy recientes.
Atemorizada, contó a los agentes que las heridas se las había ocasionado ella misma, pero el testimonio no solo de los vecinos, sino del propio hijo del matrimonio, llevó a la detención del presunto agresor y su traslado a la Comisaría de Policía para la apertura del correspondiente atestado por un caso de violencia de género.