Según la sentencia, a la que ha tenido acceso Efe, el acusado se incorporó al Puesto de Ponts el 25 de junio de 2017 como guardia civil en prácticas, donde trabajaba también la víctima. La magistrada ha encontrado probado que el acoso se produjo en el período que va entre finales de junio y la primera quincena de julio de ese año.
En ese sentido, ha sido probado que el agente, "movido por el ánimo de obtener favores de naturaleza sexual", se dirigió a su compañera con expresiones "humillantes" tales como "a ver cuándo hacemos un trío con mi mujer"; "soy un lobo en la cama" o "mañana te voy a violar".
Como consecuencia, la víctima estuvo de baja laboral por trastorno ansioso-depresivo desde el 14 de julio de 2017 hasta el 16 de octubre del mismo año y recibió tratamiento psicofarmacológico, sin secuelas permanentes. Por todo ello, la magistrada ha resuelto condenar al agente por la comisión de un delito de acoso sexual, sin la concurrencia de circunstancias modificativas de la responsabilidad criminal.