La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha pedido calma a los gobiernos internacionales que están considerando la posibilidad de introducir el llamado "pasaporte inmunológico", esto es, una identificación de que sus propietarios son portadores de anticuerpos al coronavirus, porque todavía no existen pruebas contundentes sobre la protección que ofrecen ante una posible reinfección.
Si bien la mayoría de los estudios que baraja la organización demuestran que las personas que se han recuperado de la infección tienen anticuerpos contra el virus, los niveles de éstos son muy bajos en algunos sujetos, lo que podría convertirles en propensos a un nuevo contagio. No obstante, la OMS aplaude que muchos países ahora están probando anticuerpos a nivel de la población o en grupos específicos, como trabajadores de la salud, contactos cercanos de casos conocidos o dentro de los hogares.
"La OMS apoya estos estudios, ya que son críticos para comprender el alcance de la infección, y los factores de riesgo asociados a ella", según ha explicado en un comunicado. Sin embargo, en este punto de la pandemia, la OMS entiende que no hay pruebas suficientes de la eficacia de la "inmunidad por anticuerpos" para garantizar la precisión de este pasaporte, o "certificado libre de riesgos", como también se le da en llamar. "Las personas que asumen que son inmunes a una segunda infección porque han recibido el alta pueden ignorar los consejos de salud pública. Por lo tanto, el uso de dichos certificados puede aumentar los riesgos de transmisión continua", concluye el organismo.