"Aunque aún es pronto en la investigación, sabemos los suficiente para decir que esto fue un acto de terrorismo y un acto de odio", afirmó Obama, visiblemente afectado, en una declaración televisada a la nación desde la Casa Blanca. "Y como americanos, estamos unidos en el dolor, la indignación y la determinación para defender a nuestra gente", subrayó el mandatario, en un tono que reflejaba la gravedad de la peor matanza que sufre Estados Unidos desde los atentados del 11 de septiembre de 2001. En una alocución efectuada tras reunirse con el director del Buró Federal de Investigación (FBI), James Comey, y sus asesores en materia de seguridad nacional, Obama admitió que las autoridades desconocen aún "las motivaciones precisas del asesino". "Todavía estamos conociendo los hechos", insistió el presidente, al confirmar que el FBI investiga la masacre como "un acto de terrorismo".
"Lo que está claro es que era una persona llena de odio. En los próximos días descubriremos por qué y cómo sucedió esto", zanjó Obama, al remarcar que fue un día "especialmente doloroso" para la comunidad LGTB (homosexuales, lesbianas, transexuales y bisexuales). El sospechoso del tiroteo, que ocurrió en la madrugada del sábado al domingo en la discoteca Pulse de Orlando, fue identificado por la Policía como el estadounidense de origen afgano Omar Mir Seddique Mateen, de 29 años y nacido en Nueva York. El presunto autor de la matanza, que murió en un enfrentamiento con la Policía tras atrincherarse en el local con rehenes, fue investigado por el FBI en dos ocasiones, entre 2013 y 2014, debido a su posible vinculación con grupos terroristas. El supuesto responsable del ataque, que portaba un fusil de asalto y una pistola, llegó incluso a llamar, poco antes de empezar el tiroteo, al teléfono de emergencias 911 para declarar su lealtad al grupo yihadista Estado Islámico (EI).
El EI asumió la autoría de la matanza, informó la agencia de noticias Amaq, vinculada a los yihadistas, al asegurar que el ataque fue obra de un "combatiente" del grupo radical. Las autoridades corroboraron hoy que Mateen compró legalmente armas de fuego en Estados Unidos, de ahí que Obama señalara en su discurso que la masacre representa un "recordatorio más de lo fácil que es que un arma caiga en las manos de alguien y le permita disparar a gente en una escuela, un lugar de culto, un cine o una discoteca".
El presidente ha abogado en numerosas ocasiones por la aprobación de leyes que restrinjan el derecho a poseer y portar armas, contemplado en la Segunda Enmienda a la Constitución de Estados Unidos, si bien se topó siempre con la firme oposición del Congreso. El ataque, cuyas imágenes de víctimas ensangrentadas siendo evacuadas de las discoteca en plena noche repitieron sin cesar las televisiones locales, ha causado una enorme conmoción en el país, donde se guardaron momentos de silencio en honor de las víctimas. Como muestra de duelo, Obama ordenó que las banderas ondeen a media asta en la Casa Blanca y en todos los edificios federales hasta el anochecer del 16 de junio "como señal de respeto por las víctimas del acto de odio y terrorismo" en el club de Orlando. Ningún acto de odio o terrorismo jamás cambiará quiénes somos o los valores que nos hacen estadounidenses", aseveró el líder demócrata.
La masacre también se dejó sentir en el Desfile del Orgullo Gay de Los Ángeles y en el Festival del Orgullo de la Capital en Washington, que se celebraron, pese al impacto del ataque de Orlando, entre medidas de seguridad más estrictas. "Quiero que todos los que están aquí sepan que estamos seguros y estamos protegidos. Nuestros agentes de las fuerzas de la ley están aquí", señaló el alcalde angelino, Eric Garcetti, al comienzo del desfile. Garcetti reveló que la Policía de la ciudad californiana de Santa Mónica detuvo hoy a un hombre con armas de asalto y posibles explosivos que planeaba ir al Desfile del Orgullo Gay de Los Ángeles, si bien no guarda relación la matanza de Orlando. La tragedia también sacudió la campaña para las elecciones presidenciales de noviembre, ya que el virtual candidato republicano, Donald Trump, exigió actuar con "dureza e inteligencia" ante el "terrorismo radical islámico" y pidió la dimisión de Obama.
La candidata oficiosa demócrata, Hillary Clinton, propuso redoblar los esfuerzos para defender al país de "las amenazas internas y externas" y propugnó la limitación del acceso a las armas de personas como el presunto atacante de Orlando. Clinton anunció que, a raíz de la masacre, quedaba cancelado el primer mitin político que iba a celebrar junto al presidente Obama el próximo miércoles en la ciudad de Green Bay, en el estado de Wisconsin.