Marruecos ha hecho de la formación de imanes y de la extensión del Islam moderado que se practica allí, uno de sus baluartes en la lucha contra el terrorismo.
Consciente de que en los últimos atentados en Europa, algunos de los autores eran de familia de emigrantes de tercera generación, europeos de origen marroquí, Marruecos pretende de alguna manera controlar a su comunidad de marroquíes en el extranjero, unos cuatro millones de personas en total en todo el mundo.
Para ello ha enviado a predicar durante este mes de Ramadán a 200 imanes, 26 de ellos han llegado ya a España para acompañar en este mes sagrado de ayuno a esos 750.000 marroquíes que viven en España y, de esta manera, reforzar los vínculos con su país de origen.