SE OPONEN A QUE SE REPITA LO SUCEDIDO EN CRIMEA

Leticia Álvarez: "En estos momentos Ucrania está rota y podría empezar una Guerra Civil"

La amenaza del presidente ucraniano, Alexandr Turchínov de utilizar al Ejército para desalojar a los separatistas de los edificios oficiales no ha tenido mucho éxito, ya se ha producido el efecto contrario y muchos prorrusos se han hecho con otras instituciones del este del país.

agencias

Madrid | 14.04.2014 15:03

Activistas prorrusos tomaron un nuevo edificio gubernamental en la región de Donetsk, el Ayuntamiento de Zhdanovska, donde los asaltantes izaron la bandera de la autoproclamada "república popular de Donetsk"."Nadie impidió la toma del edificio. Los organizadores del asalto han proclamado que ahora Zhdanovska forma parte de la 'república popular de Donetsk'", informó el diario digital "Nóvosti Donbassa".

En el asalto participó una veintena de personas que no tuvo que hacer uso de la fuerza para acceder al inmueble y hacerse con su control de manera pacífica. Zhanovska, que se encuentra a unos 40 kilómetros de la capital regional, se suma a Górlovka, donde los sublevados se hicieron hoy con el control de la sede del Ministerio del Interior.
Los efectivos del orden, que abandonaron el edificio a través del corredor humano formado por los asaltantes, ya han jurado lealtad al nuevo jefe de la policía local, Alexandr Shulzhenko, designado por los sublevados.

El plazo del ultimátum lanzado el domingo a los prorrusos por el presidente interino de Ucrania, Alexandr Turchínov, para que depongan las armas y abandonen los edificios públicos que mantienen ocupados en el sureste venció a las 09.00 hora local (06.00 GMT).

Turchínov, quien anunció el domingo  que empleará el Ejército para restaurar el orden, firmó un decreto que garantiza que no se perseguirá judicialmente a quienes acaten el ultimátum en caso de que no hayan herido o matado a otros ciudadanos.

Rusia reaccionó al ultimátum del Gobierno de Kiev con una declaración de su cancillería que tachó de "criminal" la decisión de Turchínov de utilizar el Ejército para aplastar "manifestaciones pacíficas".