El Gobierno francés advierte del riesgo persistente de derrumbamiento de la catedral de Notre Dame, devastada por un incendio el pasado mes de abril.
Las labores de restauración tuvieron que ser paralizadas el pasado 25 de julio para replantear las medidas de seguridad sanitarias de los operarios.
Según apunta el Ejecutivo de Macron, estas no habían sido lo suficientemente respetadas. Además, la reciente ola de calor tampoco ayudó y provocó el desprendimiento de parte de la estructura.
Por ello, el Ministerio de Cultura francés ha insistido en que se reforzarán los dispositivos durante las próximas semanas y se adaptarán al número de personas que intervengan.
Las autoridades apuntan que a pesar de todo, existe una urgencia real de avanzar las obras cuanto antes.