Félix Cabrera: "El tornado ha arrancado árboles de cuajo, hospitales, cines, estructuras de acero"

Con una extensión de más de dos kilómetros de diámetro y avanzando a una velocidad superior a los 300 kilómetros por hora, difícil sería que algo con lo que se tomara este monstruo todavía se mantuviera en pie.

Posiblemente se trate de uno de los tornados más violentos y devastadores que se recuerdan y ha tocado tierra en la localidad de Moore, al sur de la ciudad de Oklahoma. La estampa que deja a su paso es apolíptica. Los testigos y supervivientes están desconsolados por lo que acaban de perder, aunque también sorprendidos por poder contar lo que han visto sus ojos.

Los animales volaban, los coches acabaron por los aires y hubo casas que directamente desaparecieron. Lando Hite, superviviente, relata su experiencia: "Cuando todo empezó a volar, me cubrí con unos escombros y me metí en el cobertizo. Eso fue lo que pasó, supongo que soy un afortunado".

Construcciones de todo tipo han sido destruidas desde dificios empresariales y pisos de vivienda a centros comerciales. Un testigo ocular explica como "aparqué mi coche aquí en la zona de estacionamiento y justo estaba marchándome . Tuvimos que sacar a personas de las casas destrozadas, la gente salía arrastrándose por todas partes".

Hospitales y colegios tampoco han podido resistir esta fuerza de la naturaleza. Ellos son algunos de los pequeños que sí han sido rescatados, sin embargo, muchos de sus compañeros han corrido peor suerte y todavía en estos momentos, se busca a más de una decena de niños desaparecidos.

Gabriel Ryan, testigo ocular: "Bueno, simplemente escuché un ruido y el techo se cayó. Luego sentí algo sobre mí y se puso a llover barro". Las autoridades ya han dicho que los servicios de emergencia van a trabajar sin descanso para intentar rescatar a muchos ciudadanos que aún continúan bajo los escombros. Las cifras crecen a medida que pasan los minutos y el número de muertos supera ya el medio centenar y hay cientos de heridos.