Luis Bárcenas no ha estado ni 45 minutos con el juez Pablo Ruz. Su abogado, Alfonso Trallero, le ha comunicado al magistrado que su cliente no iba a declarar por expresa voluntad suya y que él lo respetaba. El ex tesorero del PP anunció también que no pensaba volver a declarar y que cuando le cite un juez acudirá pero se acogerá a su derecho a no responder a las preguntas porque ésta es la octava vez que le llaman a declarar.
Antes de nada, el juez Ruz ha ofrecido a las partes la posibilidad de un aplazamiento de la declaración si entendían que la decisión del jueves de la Sala de lo Penal anulando el interrogatorio previsto por el juez Gómez Bermúdez también podía afectar a esta citación, pero ninguno de los abogados ha puesto inconveniente a que se celebrara la diligencia.
Bárcenas también se ha negado a someterse a una segunda prueba caligráfica y ha explicado que ya estuvo una hora y media a disposición del perito caligráfico en la Fiscalía Anticorrupción. Esta segunda prueba pretendía determinar si, como creen los investigadores, Bárcenas forzó su letra durante la primera para sembrar más dudas en torno a la veracidad de los papeles que se le atribuyen.
Bermúdez contraataca
El juez Javier Gómez Bermúdez ha inadmitido de plano el recurso con el que la Fiscalía Anticorrupción pretendía que la Sala suspendiera los interrogatorios a los ex tesoreros del PP y a los empresarios que aparecen como donantes en los llamados papeles de Bárcenas. Esto equivale a no darse por enterado por lo que no tramitará el recurso ante la sala de lo Penal, y mantiene su intención de interrogar a una decena de constructores el 4 y 5 de abril.
Argumenta que una providencia no es susceptible de apelación, únicamente los autos lo son. Se da la circunstancia de que en su recurso, la Fiscalía Anticorrupción hacía notar que lo acordado por Gómez Bermúdez no debió canalizarse a través de una providencia si no a través de un auto.