Jesús: “Me subí temprano en el avión, y resulta que no llegaba nadie. Después se subió un inglés y se cerraron las puertas, sólo íbamos en el avión el inglés y yo... pensando que nos habíamos equivocado. Al final acabamos montando una fiesta con las azafatas”
Rosa: “Iba de Madrid a París. Sin saber nada de idiomas, entendí que ‘exit’ era ‘éxito’ y ‘sortir’ significaba ‘suerte’. Se lo conté a mi novio después y me moría de la vergüenza”
Ana María: “Le tengo pánico a volar. A mi lado había un señor vestido de militar que no me causaba demasiada confianza... Al rato a un señor le dio un ataque de histeria. No soporto cuando el avión se mueve o se tambalea”.
Arturo: “Yo he volado mucho y no he tenido ninguna experiencia desagradable. Pero mi amigo todas las veces que se ha montado en un avión se ha tenido que bajar en marcha, tras hacer un curso de paracaidismo, se atrevió a hacerlo”.
Osvaldo: “En Argentina trabajaba en una empresa encargada de transportar a la tripulación. Un grupo de chicos de 17 o 18 años que iban a Bariloche en pleno vuelo se descontrolaron, la azafata fue a hablar con el comandante, entonces simuló una turbulencia en el avión. Al final no podían ni mover.”