El fugitivo llegó a vivir en cuevas sin luz ni agua durante ese tiempo, y a alimentarse de lo que conseguía en el campo.
El detenido también había sido reclamado por varios juzgados acusado de los delitos de violencia de género y contra el patrimonio.
Para evitar ser descubierto, el fugitivo había cambiado su aspecto físico y utilizaba nombres falsos.
Además de en cuevas, ha vivido siempre aislado de la sociedad en parajes naturales y viejas viviendas deshabitadas.
Los escasos ingresos que habría obtenido provendrían de realizar encargos relacionados con el ámbito rural, como pastoreo de ganado, agricultura o taxidermia, oficio que practicaba desde hacía años.
De esta manera, accedía a comprar ciertos alimentos, aunque también basaba su nutrición en lo que obtenía directamente de la naturaleza.
Tras varios meses de investigaciones, la Policía Nacional encontró al fugitivo en San Joy, un pueblo de Murcia abandonado desde hace aproximadamente 50 años, donde vivía desde hace unos meses en una casa medio derruida.
En el momento de la detención, el fugitivo mostró resistencia e intentó huir, aunque no lo logró finalmente.
El arrestado tenía en vigor una orden de ingreso en prisión, dos órdenes de detención, dos órdenes de alejamiento y una prohibición de salida del territorio nacional.
La operación ha sido llevaba a cabo por agentes de la Brigada de Policía Judicial de la Comisaría de Alcoy (Alicante).