Las tormentas convirtieron La Morera en un río de barro.
Los más de 40 litros por metro cuadrado que caían sobre la localidad pacense en torno a las tres de la tarde, formaron un lodazal en calles y casas que precisaron de la intervención de tres dotaciones de bomberos y el ímprobo esfuerzo de los vecinos del pueblo. No hubo que lamentar daños personales.