Hoy venía pensando en… lo mucho que me gustan los cuatro capitanes del Valencia. Gayá, Soler, Jaume y Gabriel.
Los tres primeros representan el valencianismo de cuna. Todos ellos se formaron en la cantera y soñaron con vestir algún día la camiseta del Valencia. Ese sueño de niño hecho realidad con el paso del tiempo. Ese sueño al que se agarran cada domingo cuando se enfundan la camiseta de su equipo. Para ellos lucir el brazalete debe ser todo un honor y un orgullo.
Gayá con su juventud parece que lleva toda la vida jugando en el Valencia. Y es que debutó en 2013, si, en 2013. Su calidad le ha llevado a convertirse en uno de los mejores laterales izquierdos de Europa. Pudo irse y se quedó. Le marearon con grandes ofertas pero siempre eligió el Valencia.
Soler sigue creciendo desde que debutara en 2017. Poco a poco, paso a paso. Sacrificó en la banda su lucimiento personal en beneficio del equipo. Y nunca levantó la voz. ahora, en el centro y con el brazalete de capitán le ha llegado su momento.
Jaume inspira buen rollo en el vestuario. Siempre dispuesto a echar una mano al compañero. El gato de Almenara se ha ganado a pulso lucir también ese brazalete de capitán valencianista.
Y luego esta Gabriel. No es valenciano. Llegó hace poco pero siempre supo y entendió a la perfección qué significa el Valencia. También él merece llevar este distintivo.
Así que me agarrro a ellos como todos los valencianistas para volver a ilusionarme, para volver a ilusionarnos y pensar que con ellos las cosas que vendrán serán mejores que las que nos deja Meriton…
