Hoy con Leleman venía pensando en... lo que Lim pasa olímpicamente del Valencia. Salvo para que le devuelvan lo prestado con sus correspondientes intereses.
Se la "repampimfla", sea la trae al pairo el equipo del que es máximo accionista. Ya lo vimos en Sevilla donde no fue ni a la cena de celebración del título de copa. Sí, esa por la que cualquier valencianista hubiera matado por poder asistir.
Que dijo ayer Javi Gracia que nunca ha hablado con él ni siquiera por teléfono. Hasta Paco Ayestaran viajó a Singapur a conocerle. Pero eran otros tiempos y ahora el Valencia le importa un bledo. Quizá nunca le importó.
Nunca le importó porque si le importara, si se hubiera enamorado de él, de vosotros, de esta preciosa ciudad, lo hubiera demostrado hace tiempo. Y sus contadas visitas dejan bien claro que no se rompió el amor sino que nunca existió.
Y vosotros como yo no lo entendemos. No entendemos que no se enamore de un club con 100 años de historia que nos ha hecho vivir grandes momentos, por el que hemos sido felices e infelices, por el que hemos llorado y celebrado, por el que daríamos tantas y tantas cosas... no entendemos que no se haya enamorado de una ciudad que lo tiene todo, que es preciosa, acogedora, con un clima fantástico y repleta de gente maravillosa, con rincones mágicos donde perderse para que no te encuentren. Y con vosotros tan leales como apasionados, tan fieles como generosos.
Pero claro, ese sentimiento solo lo entiende quien lo tiene. Como yo, como vosotros, como todos los valencianistas. Por eso nos duele este Valencia. A él no. Él, simplemente, pasa olímpicamente…