PENSAMIENTOS Y REFLEXIONES

Este Elche está muy vivo

Al Elche le queda un final de temporada de infarto en las tres últimas jornadas, en las que debe ganar, como primer paso, al Alavés, en el estadio Martínez Valero, para seguir con opciones de lograr la permanencia en Primera División

Santi Martínez

Elche | 10.05.2021 09:37

Pere Milla, en un encuentro ante la Real Sociedad con el Elche
Pere Milla, en un encuentro ante la Real Sociedad con el Elche | SONIA ARCOS - Elche CF

Desde hace algún tiempo, el periodismo futbolero viene utilizando el término “El Tourmalet” como metáfora para referirse a la dureza del calendario para un equipo que se enfrenta, de manera consecutiva, a los rivales mejor clasificados.

La situación del Elche, durante estas dos últimas jornadas, me ha recordado a otra expresión del argot ciclista. En las grandes vueltas se suele decir que en las etapas de la primera semana (generalmente llanas) no puedes ganar la vuelta, pero sí puedes perderla, ya sea por una caída propia, por quedarte cortado algún día por una caída ajena o por los famosos ‘abanicos’ provocados por el viento. Dicho de otra forma, en la primera semana no tienes nada que ganar, pero has de centrarte en evitar perderlo todo.

Para el equipo de Escribá estaba claro que las dos últimas jornadas frente a Atlético de Madrid y Real Sociedad no eran las propicias para dar un paso hacia adelante en la salvación, sino que había que tratar de evitar el descenso. Tenía que esperar a que los rivales no sumasen lo suficiente como para dejarlo tocado y hundido, y así ha sido.

Han sido dos jornadas en las que, ante las previsibles derrotas, los partidos del Elche, casi más que los suyos, eran los que disputaban sus rivales directos. Podemos decir que han sido encuentros agotadores para los aficionados, jornadas que para el Elche empezaban un viernes y acababan un lunes, y que se disputaban en cinco o seis estadios.

Y el balance de estas dos semanas tan complicadas ha sido muy positivo. El Elche está vivo. Muy vivo. Al Elche los rivales lo han dejado vivo. Y esperemos que se arrepientan igual que Oberyn Martell se arrepintió de no acabar con La Montaña.

Así, más allá de cábalas, pronósticos y contetes, la realidad es que el equipo ilicitano llega a un partido en casa contra un rival directo, con opciones de adelantarle en la clasificación, ganarle el golaveraje y, seguramente, permítanme al menos una suposición: salir de la zona de descenso a falta de únicamente dos jornadas.

Cierto es que solamente sirve la victoria, pero ¿acaso vale otra cosa en las finales? Porque mucho se suele manosear ese término, pero realmente este partido sí lo es. Es la final de la Champions, del Mundial, de la Libertadores y de la Superliga, todo en una. Sí, señor Pérez, en el fútbol de la vida real un Elche–Alavés puede ser todo eso, no trate de entenderlo.

Es nuestra gran final y ¿saben quiénes juegan las finales? Sólo tienen opción de jugarlas los equipos que se han ganado tener la posibilidad de ganarlas. Aquellos que tienen opciones y están en condiciones de conseguir su objetivo. Los que están muy vivos.