Anoche echábamos el cierre de las fiestas de la Magdalena, para alegría de algunos y tristeza para otros, que se me antojan que son muchos más. Ya perece que, cuando se haga el balance, al margen de los problemas que ocasionan las grandes aglomeraciones de público, será bastante positivo… realmente como casi todos los años.
Se trata de unas fiestas participativas que no solo son importantes para recordar y mantener nuestras tradiciones sino, también, para disfrutar del ocio y dinamizar económicamente toda la ciudad… pero especialmente al sector hostelero y de la restauración.
¡Sí, precisamente ese sector contra el que disparaba la semana pasada nuestra querida vicepresidenta del Gobierno, Yolanda Díaz! Y lo ha hecho con tan poco tino como fortuna, porque le ha caído la del pulpo por todos lados. Tanto, que no tardó ni 24 en retractarse de sus críticas a los horarios de cierre de los restaurantes, por tardíos.
Y lo ha hecho, precisamente, atacando a un sector que está manteniendo a flote no solo a esta provincia, sino a todo el país en un momento en el que la industria las está pasando canutas, la construcción empieza a ralentizarse y el sector agropecuario lleva más de un mes en pie de guerra, por si la vicepresidenta no se ha dado cuenta aún. Aumentos superiores al 3,30% los últimos años de los sectores de la restauración y la hostelería que, como todo el mundo sabe, son uno de los grandes motores de la economía española.
Y es que el sector de la restauración aportó el año pasado más de 41.000 millones de euros de ingresos en España, con un aumento del 10% respecto al año anterior. Se trata del mayor aumento de este sector en toda la Unión Europea. Vamos, que a la Ministra de Trabajo no se le ha ocurrido nada mejor que atacar en la línea de flotación del único sector económico en el que lideramos Europa. Ya podría preocuparse de tomar medidas para contribuir a que otros sectores estratégicos de nuestra provincia, como la cerámica o la energía, puedan seguir siendo punteros y que contribuyan a vaciar las listas de demandante de empleo. Parece que aún no se ha dado cuenta de que cuanto mejor le vaya a nuestras empresas, mejor le irá a su Ministerio de Trabajo y, sobre todo, le irá mucho mejor a los castellonenses.
No solo a los que están buscando empleo, sino a los que lo tienen, pero lo tienen en precario. Vamos, que más que Sumar, a Yolanda Díaz le ha dado por restar. Porque ni siquiera ha sumado ni un solo apoyo entre sus aliados, como es el caso de Compromís. A ningún dirigente castellonense de esta formación se le ha ocurrido decir esta boca es mía los últimos días respecto a este tema. Seguramente será porque, como muchísimos castellonenses, estaban de fiesta más allá de la una de la madrugada… a mucha honra.
Ni tampoco ha logrado el respaldo de los ministros socialistas, que sus aliados reales pase lo que pase, porque son cooperadores necesarios e imprescindibles para sacar adelante el Gobierno de Pedro Sánchez esta más que complicada legislatura. Ni tan siquiera va en la línea de lo que está planteando la Unión Europea de cara al futuro, con unas medidas más abiertas a la hora de plantear los horarios de ocio.
Es evidente que el sector de la restauración presenta carencias y es más que exigible que se reduzca la precariedad laboral, en algunos casos, y el abuso de exceso horas de trabajo por encima de lo contratado, en el caso de los empleados a tiempo parcial. Pero eso es algo que hay que combatir con otras armas que no sea ir contra la línea de flotación de un sector que está alineado en sus horarios con los hábitos de la mayoría de los castellonenses y de los españoles. Si no nos gustase hacer sobremesa tras la cena, los restaurantes estarían cerrados antes de las 12, sin necesidad de imposiciones.
Le recuerdo que, precisamente, es ella quien tiene en su mano acabar con los abusos de aquellas empresas que hacen trabajar más horas de las necesarias y en peores condiciones de las que están firmadas en el contrato. Porque, si no estoy equivocado, las inspecciones de Trabajo dependen del Ministerio de Trabajo, que dirige la ministra de Trabajo que, ¡vaya!, es Yolanda Díaz. Pero, vaya por Dios, resulta que la culpa de que las inspecciones de trabajo no resuelvan estos problemas de abusos en el trabajo de b ares y restaurantes son culpa de la ministra de Trabajo.
Sin ir más lejos, el año pasado se unieron absolutamente todos los sindicatos de la Inspección de Trabajo y Seguridad Social para ir a la huelga, denunciando su precariedad laboral por la falta de personal y medios. Problemas que, por cierto, a día de hoy aún no se han resuelto. Así que, si la restauración y la hostelería funcionan, que la vicepresidenta Yolanda Díaz no los arregle.
De todas formas, no hagan mucho caso… que es solo mi opinión.