La organización agraria ASAJA Palencia celebraba este mediodía su tradicional balance anual. En este encuentro intervenía el presidente regional de ASAJA Castilla y León, Donaciano Dujo, que afirmaba que durante este año se han registrado 2000 ataques de lobo que han causado la muerte de 4000 ejemplares de ganado. También afirmaba que “el 45 por ciento de los jabalíes de determinadas zonas tienen tuberculosis, enfermedad que trasmiten a la cabaña ganadera". Ante esta situación, Dujo afirma que la propuesta de ASAJA Castilla y León es “una nueva Ley de Caza que permita, con todas las garantías, acabar con el 50% de las animales salvajes que hay en Castilla y León” ya que considera que “es necesario y los animales salvajes están echando a la gente del medio rural además de acabar con la seguridad sanitaria y vial”.
Tanto Dujo como el presidente provincial de ASAJA Palencia, Honorato Meneses, han defendido al mundo del campo de las críticas que se están vertiendo sobre este sector en la Cumbre del Cambio Climático que se está celebrando en Madrid. Meneses afirma que “grandes corporaciones están financiando a movimientos animalistas y ecologistas con el objetivo de cambiar nuestros hábitos de consumo”, en relación al consumo de carne y la cría de animales para alimentación humana. Por su parte Donaciano Dujo señaló que el transporte contamina el 27%, la generación eléctrica el 17% y la industria el 19% mientras que en el caso de la agricultura y la ganadería únicamente es el 12 por ciento.
El acto ha servido para que el presidente provincial de ASAJA, haya señalado que los topillos y la sequía ha marcado este año. Honorato Meneses destacó que la cosecha fue “mala pero no catastrófica”, destacando que en los cereales los precios han sido estables. También señaló que los forrajes han sido los grandes damnificados, siendo la alfalfa el más perjudicado. Meneses señala que la remolacha está en “vías de desaparición” en Palencia y que la ganadería vive una profunda crisis en el sector del ovino. Por último criticó la actitud de las administraciones en relación al topillo, negando en un principio el problema y, posteriormente, teniendo un exceso de triunfalismo en su erradicación.