El nuevo plan urbano quiere una Palma compacta con menos suelo edificable

El nuevo plan urbano que prepara Cort apuesta por una Palma "compacta, compleja y continua" y reduce en 174 hectáreas el suelo edificable para ampliar la ciudad, aprovecha las casas y solares vacíos ya existentes y protege 212 hectáreas de suelo rústico, así como paisajes naturales y más edificios.

El plan, que sustituiría al de 1998, trabaja con la previsión de que en los próximos 20 años Palma acogerá a casi 67.000 personas más, la mitad del crecimiento de los cerca de 122.000 habitantes que ha experimentado desde 1998, una previsión que Truyol ha calificado como "de contención" porque "Palma no puede crecer ilimitadamente".

Para ubicar a estos nuevos habitantes serán necesarias 53.218 viviendas. Cort proyecta que un 81 % de ellas estén en el suelo urbano actual en casas y solares vacíos y el 19 % restante sean nuevos edificios a construir en suelo urbanizable, unos terrenos que estarán siempre pegados a la ciudad.

La idea, ha destacado la concejala, es "consumir el mínimo territorio posible", para lo que se haría un "decrecimiento urbanístico" en relación al plan de 1998 y se reducirían las hectáreas de suelo urbanizable de 494 a 320.

Esos nuevos barrios tendrán, ha indicado, una densidad de población alta, de entre 40 y 75 viviendas por hectárea, frente a zonas como Son Gual que tienen solo 5, lo que "en algún caso" supondrá edificios más altos.

Cort calcula que actualmente hay en Palma 21.000 viviendas vacías o que se liberarán en los próximos años y otras 19.600 que se podrían edificar en solares vacíos o que se han aprovechado de forma ineficiente. De esta manera, se construirían alrededor de 10.000 nuevas viviendas en nuevos espacios.

Y apuesta por nuevas fórmulas, que llama "alojamientos dotacionales", en los que se combinen residencias temporales para gente joven o mayor que tenga la necesidad de vivienda durante un tiempo limitado.

Una ciudad "compacta" permitirá, según la responsable de vivienda, adaptarse a los cánones europeos de ciudades de proximidad más eficientes, y además estas nuevas zonas tendrán mezcla de viviendas, despachos y comercios, así como viviendas protegidas para luchar contra la segregación social.

El plan también quiere aumentar el suelo rústico del municipio en 212 hectáreas que afectarían a zonas como Son Gual, Génova, Establiments o Es Carnatge, y proteger más edificios y paisajes naturales como el pla de Sant Jordi y la zona norte de la localidad, que tiene un sistema hídrico tradicional.

El consistorio se plantea asimismo desclasificar suelo urbanizable de lo que llama "falsos suelos urbanos", es decir, zonas que no se han desarrollado y que ahora se valorará si se mantienen como urbanas o se protegen.

El alcalde ha destacado que este plan general es una "oportunidad para mejorar la calidad de vida de las personas" y que apuesta por una ciudad sostenible, saludable y próxima dentro de su eje de territorio y urbanismo, uno de los 17 objetivos del documento.