JORNADA 23 | SEVILLA 1-4 BARCELONA

Sevilla 1 - 4 FC Barcelona

El delantero argentino, sin hacer un partido brillante, participó en tres de los cuatro goles que hizo el FC Barcelona, marcando en dos ocasiones y asistiendo en el tanto anotado en fuera de juego por Alexis Sánchez. El Sevilla duró hasta que Rakitic se apagó.

Víctor Molina Pozo

Madrid | 09.02.2014 22:59

La lluvia y el buen arranque del Sevilla noquearon en un primer momento al FC Barcelona. El experimento de Martino al dejar fuera a Busquets del once inicial lo notó el conjunto azulgrana que, con un Alex Song desubicado y al que perdonaron la expulsión por doble tarjeta amarilla tras una mano, no pudo parar a Ivan Rakitic. El croata lideró a su equipo y llevó la batuta tanto en ataque como a la hora de mandar en las transiciones defensivas. Se encargó de originar la jugada que acabó en un latigazo de Alberto Moreno desde fuera del área que, con la inestimable ayuda de Marc Bartra, acabó dentro de la portería de Víctor Valdés antes de llegar al cuarto de hora.

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Pudo, incluso, poner más ventaja en el marcador. Gerard Piqué volvió a evidenciar una falta de concentración que no tiene cuando su pareja de baile en la zaga es Carles Puyol. El central catalán perdió todos los combates cuerpo a cuerpo con el peleón Carlos Bacca. En uno de ellos, el colombiano ganó un balón inimaginable en el costado derecho, cedió para Rakitic y el croata abusó en la conducción para fallar con un mal disparo en un tres para a dos a favor del Sevilla cuando tenía solo a Vitolo a escasos metros de él.

Con el paso de los minutos, el Sevilla fue bajando el nivel de intensidad. La propuesta del Barça no era lo suficientemente apetecible como para considerar que el marcador era injusto. Rakitic dejó de aparecer y los azulgranas adelantaron líneas pero sin tener ninguna fluidez en la circulación de su juego. Poco a poco, los de Emery invitaron a los de Martino a unirse a la fiesta. Y no desestimaron la jugosa invitación.

Messi decide
La realidad es que Leo Messi sigue demostrando que a pesar de haberse recuperado bien de su lesión, aún está a medio gas. No es aquel futbolista espectacular, capaz de hacer parecer fácil lo que realmente es muy difícil; sin embargo, aun jugando al ralentí sí es capaz de marcar las diferencias en su equipo. Cuando más arreciaba la lluvia bajo el Sánchez Pizjuán, el argentino se echó al equipo a la espalda. Nadie duda en Can Barça de la calidad y la determinación del ‘10’. A raíz de esa confianza, Messi tumbó en quince minutos al Sevilla de Unai Emery con una asistencia y un gol.

El Barça buscaba el gol del empate con un ritmo cansino, poco habitual en aquel equipo que consiguió montar Pep Guardiola. Ni Pedro ni Alexis aparecían e Iniesta, que regresaba a la titularidad, no encontraba el modo de penetrar entre los centrocampistas hispalenses. Los azulgranas encontraron el premio gracias a Teixeira Vitienes, que no vio como Alexis Sánchez remataba con la espalda a gol en fuera de juego y de una forma un poco ortodoxa.

Mientras Unai Emery pedía explicaciones al cuarto árbitro por la acción y el Sevilla se centró más en estar encima del colegiado para recordarle el error, el Barça se dedicó a esperar y encontró una gotera en el sistema defensivo del Sevilla. Pedro aprovechó los espacios por el costado izquierdo, encaró a su par y cedió para un Messi que, tras orientarse el esférico, llevó a cabo la remontada a dos minutos del final del primer tiempo con un balón al palo largo de Beto, que no pudo hacer nada para evitarlo.

Sin excederse demasiado en el esfuerzo, Leo Messi brilló al ser resolutivo. Andrés Iniesta, al que le da igualar el tipo y las condiciones del terreno, condujo con elegancia para poner un centro preciso hacia la derecha donde esperaba Alexis Sánchez. Al chileno no le llegó el balón. El hambre de Messi apareció para controlar de primeras, dejar botar el balón un instante y engatillar rápido y con precisión para llevar el tercer tanto azulgrana al marcador.

Valdés se hace grande
El Sevilla no cejó en su empeño de querer recortar diferencias y soñar con un posible empate si el azar se aliaba con ellos. Volvieron a tener protagonismo, a buscar por las bandas el peligro y el fallo del Barça. Solo la mala puntería del conjunto hispalense privó a Emery de celebrar un resultado mejor. Hasta en cuatro ocasiones Víctor Valdés se hizo grande bajos para mandar a peso los disparos de los delanteros del Sevilla.

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Vitolo tuvo la ocasión más clara de la segunda mitad cuando, tras cometer una falta sobre Marc Bartra que no acertó a ver Teixeira, se plantó solo ante Víctor Valdés y la tiró al cuerpo del guardameta. Instantes después, Bacca probó fortuna desde fuera del área para hacer que Valdés se luciera con una palomita que en el rechace Gameiro la envió fuera. Negados de cara a gol, Cherysev, que entró desde el banquillo, tiró un desmarque a la espalda de Piqué y erró a la hora de ejecutar el control del esférico. Quien no falló fue Cesc Fábregas, que a falta de tres minutos, dio la puntilla al Sevilla marcando el cuarto tanto azulgrana.

Con el resultado, el FC Barcelona regresa al liderato y comparte el primer puesto con el Real Madrid y el Atlético de Madrid. La vida en la Liga se vuelve emocionante, con tres equipos que suman los mismos puntos tras 23 jornadas ligueras. Por delante, catorce jornadas donde los tres líderes lucharán por ver cuál es el que comete menos errores hasta final de la temporada.