Sufriendo. Las Ligas se ganan sufriendo. El Barça y el Real Madrid lo están demostrando, y es que sea cual sea el equipo que se lleve el título ambos están pasándolo realmente mal en estas últimas jornadas de campeonato. Si los culés estuvieron contra las cuerdas frente a Sevilla y Valencia, los blancos han tenido lo suyo en el 3-1 que han logrado ante el Málaga en el Santiago Bernabéu. Se palpaba el miedo en el graderío blanco hasta que Cristiano hizo el tanto de la tranquilidad en el minuto 91.
Fallar no era una opción para el Real Madrid. Ni aunque el Barça hubiera caído ante el Valencia. No existe el lujo de dejarse puntos para el cuadro blanco y menos en su propio feudo, por más que fuera el Málaga, que ya se llevó la victoria del Camp Nou, quien visitase el coliseo madridista. Con un 4-4-2 de inicio, ni la temprana lesión de Bale cambió el guión: ganar, ganar, ganar y volver a ganar, como diría Luis Aragonés. Esa es la premisa de Ancelotti para arrebatar el liderato al Barcelona.
Así que, y con Chicharito entrando por el galés al césped, el Real Madrid se puso las pilas y llevó el peso en la primera parte. Salvo un par de sustos del Málaga, los blancos fueron dueños del balón en un tiempo sin apenas ocasiones. Los de Javi Gracia tuvieron dos, clarísimas, y las dos las fallaron. Los locales tuvieron varias, y a pesar de que Kameni salvó a los suyos con paradones ante el punta azteca y James, no pudo hacer nada con el remate de Sergio Ramos.
Todo gracias a una jugada a balón parado botada por Cristiano. Bordeando el fuera de juego, el andaluz aprovechó un inmenso saque del luso para poner el cuero en las redes y para celebrar una diana ante las protestas del Málaga al completo. A partir de ahí, más control del Real Madrid con la ya citada ocasión de James y susto para Iker con un disparo de Sergi Darder que aún parece increíble que fallara.
Juanmi llevó el nerviosismo al Bernabéu
Y es que el Málaga, a pesar del mayor dominio de balón del Real Madrid, estaba vivo. Llegó vivo al descanso y salió más vivo aún tras él. Más rápido y más intenso que el cuadro madridista, que parecía pesado, lento y con la mente puesta en la Champions ante el Atlético cuando aún se jugaba tres vitales puntos en la Liga BBVA. Pudo pasarle factura, pues no fueron pocas las llegadas malacitanas y la velocidad con la que corrían los atacantes visitantes. La lesión de Modric no hizo más que acrecentar las dudas sobre el resultado.
Más aún cuando Cristiano falló un penalti por ajustarlo demasiado al poste. El luso se rehizo más tarde eso sí con una asistencia para el inmenso gol de James Rodríguez que supuestamente iba a llevar la tranquilidad a la grada. Supuestamente eso sí, pues justo en la siguiente jugada Juanmi cabeceó a la red de Casillas un preciso y precioso centro de Rosales. Todavía no había tiempo para relajaciones ni para poner la Champions como prioridad.
Cristiano se redime del penalti
Menos cuando pasaban los minutos, cuando llegaba el final, y el 2-1 seguía. Y el Málaga continuaba sin dar su brazo a torcer, sin rendirse y buscando un empate que a punto estuvo de llegar en una contra y en una jugada en el minuto 90 con Amrabat. No llegó el 2-2, pero sí el 3-1 gracias a un jugadón de Chicharito para servirle el gol en bandeja a Cristiano. Su grito de guerra sirvió de redención para el penalti fallado con anterioridad, y el pitido final del trencilla hizo que comenzara el derbi de Champions ante el Atlético. La mente está ya en el duelo ante los rojiblancos, y en las posibles lesiones de Bale y de Modric.