Después de varias horas de registros y cacheos en varios anillos de protección alrededor del estadio Santiago Bernabéu, el fútbol se impuso al temor y al miedo a sufrir cualquier sobresalto.
Los 1.200 policías nacionales que velaron por la seguridad de los aficionados que presencian el clásico consiguieron que al descanso solo se hable de fútbol. El Barcelona, que ganó 0-4, dió un 'repaso' al Real Madrid, incapaz de crear ocasiones después de mostrar un juego bastante pobre.
El pitido del árbitro al final de la primera parte dio paso al camino de los jugadores hacia los vestuarios y el público del estadio Santiago Bernabéu sacó cartulinas blancas en señal de protesta y pidió la dimisión del técnico Rafael Benítez, una prueba de que el fútbol pudo con el miedo.