Italia encaró el duelo con la seguridad de haber despejado las dudas en su triunfo ante Bélgica. Con una nueva perspectiva y euforia en su afición, saltó a hacer lo que mejor sabe, defender, confiado en el desgaste de su rival y la aparición de espacios por la necesidad para acabar rematando el partido fiel a su estilo.
Suecia, que decepcionó en su estreno con un empate ante Irlanda, no mejoró. No le incomodó adueñarse del balón de inició en una búsqueda del camino de encontrar alguna grieta en la fortaleza que forma la nueva BBC (Barzagli-Bonucci-Chiellini). Apenas las incorporaciones de Olsson por el carril izquierdo generaron desequilibrio.
Ibrahimovic no cesó de buscar el éxito y convertirse de nuevo en verdugo de Italia pero todos sus intentos fueron en vano. Chiellini salvó a la heroica un centro medido a la testa del gigantón sueco a los tres minutos del duelo. La pelea fue continua pero el balance defensivo italiano fue excelente. Apenas tuvo que intervenir Buffon ante un centro con peligro de Källström o ver como no encontraba puerta una de las subidas al ataque de Olsson.
No había noticias de Italia en ataque. Peligroso. Porque es un equipo que cuando aparece es que ya se han adelantado en el marcador y tienen el premio deseado. Conte cambió las bandas con Florenzi por izquierda, habilidoso en el regate del partido con un control de tacón de espaldas precioso, y Candreva pasó a la derecha. No tuvieron acciones peligrosas en el primer acto pero mostraron que castigarían el error.
Un mal despeje pudo costar caro a Isaksson, y a cinco del descanso, de la nada, surgió un centro envenenando de Candreva que pudo cambiar el rumbo. Suecia comenzaba a desesperar y abusar del balón largo en busca de 'Ibra'. Una dejada suya la remató a las nubes Guidetti.
En la reanudación Italia decidió despertar y dar un paso al frente. Mantuvo su firmeza como bloque y buscó el ataque. 49 minutos tardó Pellé en tener una oportunidad de remate. Estaba ansioso cuando le llegó el balón. El control, en el pico del área, precedió un disparo que no encontró puerta. Una hora aguantó en el césped con dos dedos de la mano fracturados.
Necesitaba un triunfo Suecia. Tenía que correr riesgos y decidió tomarlos. Otro empate le dejaba a expensas de Bélgica. Y no tuvo para más. Italia se fue imponiendo hasta encontrar el premio final. Candreva probó a Isaksson y justo en el mismo sitio donde Iniesta puso el pase de gol a Piqué en el estadio de Toulouse, apareció la calidad de Giaccherini pero en esta ocasión el testarazo de Parolo lo repelió el travesaño.
Italia no empataba sin goles un partido desde mayo de 2014, hace 25 encuentros. Eder lo evitó a dos minutos del final. De un saque de banda nació el gol con la dejada de Zaza y el arranque, con amago y derechazo a la red del delantero. La 'azzurra' ganaba fiel a su estilo e instalaba la desesperación en Suecia, que acababa pidiendo un penalti sobre Granqvist a los 94 minutos, y con un punto queda al borde del precipicio.