El Elche nunca se rindió. Ya empezó cómodo en Cornellà-El Prat y controló el partido en los primeros compases, tocando con facilidad y llegando al área de Kiko Casilla con solvencia, aunque sin peligro. Jonathas se mostraba muy incisivo y examinaba la atención de la defensa blanquiazul.
Al cuarto de hora de encuentro, el Espanyol empezó a soltarse en ataque. El juego entre líneas de Sergio García y la profundidad de las bandas dibujaban los avisos iniciales. Fue el mismo capitán el que convirtió las advertencias en una amenaza real con un latigazo con la zurda desde la frontal del área en el minuto 17. Sergio García, hombre clave en ataque durante toda la temporada, impulsó con su tanto al bloque.
La presión blanquiazul crecía y la movilidad del Elche se atenuaba. El conjunto ilicitano mostraba algún destello en jugadas al espacio, aunque la zaga local siempre frustraba la progresión del contrario. Los 'pericos', cuyo ritmo también se había enfriado, se aferraban a su gran referencia arriba. Sergio García corría, creaba espacios y asistía, aunque la segunda diana parecía lejana. En el último tramo de la primera parte el partido se convirtió en un juego de ida y vuelta, con mayor protagonismo del anfitrión.
El Elche se afinó en la reanudación. El ataque visitante presentaba otra cara, similar a la del principio del duelo. Coro, experico, fue uno de sus mayores argumentos. El pase del atacante al espacio, en el 61, era prácticamente un regalo para Jonathas. El control del brasileño, sin embargo, no fue acertado. La defensa del Espanyol mantenía la fortaleza, aunque su ataque no inquietaba a Tyton. El conjunto ilicitano insistía, sin demasiado acierto.
Mientras el anfitrión reforzaba las tareas de contención desde el banquillo, con cinco defensas, el rival incentivaba el ataque. Finalmente, su apuesta tuvo premio. Llegó en el 77, tras un cabezazo de Cristian Herrera. El canario remató un rechace de Kiko Casilla, que había desviado un fuerte disparo de Jonathas. Herrera, bien posicionado y libre de marca, enganchó a su equipo al partido. A los catalanes les entraron las prisas: Caicedo entraba por Javi López.
El acelerón local fue destacable. Justo tras el empate, Sergio García dispuso de un uno contra uno ante Tyton. El polaco exhibió una gran mano para despejar la amenaza. El choque estaba en el mejor momento para el espectador y en el peor para el Espanyol, peleando contra el reloj para amarrar una victoria que ya parecía suya. Al final, nada. Pese a la intención de ambos equipos, con nervios, intercambios de posesiones y cierta tensión en ambas áreas, nadie pudo evitar el reparto de puntos en el Power8 Stadium.
